Diego Marino, jefe del departamento de desarrollo para la industria de la movilidad del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), indica que requerirán personal calificado formado en “escuelas técnicas o habituados a este tipo de trabajos”.  

En el marco del Webinar Argentina & Bavaria: Creating Innovation and Technology Opportunities for Electromobility sostiene que, para los profesionales que solicitan, no es necesario que cuenten con una carrera de grado ya que se los capacitará adecuadamente. 

Y agrega que si bien la propuesta invita a “profundizar el contenido para avanzar en todas las escalas de conocimiento”, para postularse hay que tener en cuenta cuestiones de seguridad propias del trabajo a realizar. 

En materia de electromovilidad, el instituto se ha centrado en detectar inconvenientes de forma temprana para hallar soluciones. 

Para esto, ha logrado trabajar en conjunto con otras empresas con el objetivo de diagnosticar un correcto funcionamiento del vehículo luego de la conversión eléctrica. 

“La normalización debe vincularse con aspectos legales”, advierte Marino, sosteniendo que incorporar de manera temprana la normalización en el programa de trabajo inicial contribuye a disminuir costos a la hora de ingresar el producto al mercado. 

En ese sentido, explica que, dentro de un plano teórico, si se desarrolla un proyecto sin previamente tener en cuenta las normativas, al momento de comercializar habría que realizar mejoras. 

El trabajo del INTI en retrofit

El departamento que tiene como rol fundamental realizar modificaciones del transporte hacia la movilidad eléctrica propone un manual de buenas prácticas que cuenta con “diferentes versiones sobre cómo instalar y entregar el vehículo”. 

Mediante este instructivo se buscará estructurar un procedimiento y generar un protocolo con el fin de disponer los pasos de un retrofit seguro. 

Debido a que los costos elevados de los vehículos eléctricos complican la transición, Marino asegura que la reconversión es una alternativa óptima para los mercados latinoamericanos.  

Además de la implementación del manual, el departamento se encuentra realizando un vehículo que cuenta con características relativas con las que trabajan. 

Su propósito será servir «como prueba de laboratorio para testear su correcto funcionamiento”, señala Marino. 

Si bien el retrofit no demanda complejidades trascendentes, sí implica desafíos técnicos y de seguridad a los cuales el personal debe atender con precaución.  

La vinculación con empresas y el desarrollo de proyectos como el propuesto por el instituto fortalece al sector. 

Para Marino, la articulación con empresas con las que verifiquen el funcionamiento del vehículo “brindará certezas a la hora de circular”.  

En referencia a las actualizaciones del sector, afirma que “el conocimiento es universal”, y proyecta a la institución en uniones científicas-tecnológicas colaborativas en el plano nacional e internacional.

Siguiendo esta línea, el instituto ha convocado a PyMEs a incorporarse a planes de trabajo que apuntan a la electromovilidad. En conjunto, desarrollan componentes destinados a la reconversión. 

Para optimizar la reconversión eléctrica, INTI ha trabajado con la empresa de Misiones Electroauto S.A.

Ricardo Rivero, asesor de proyectos de reconversión de Electroauto, estuvo presente en el panel y apoyó los beneficios del negocio que promueve. 

“En Argentina tenemos dos opciones: comprar un vehículo de fábrica, lo cual es suntuoso e inaccesible para las empresas pequeñas, o actualizar la tecnología del vehículo”, destaca. 

En referencia a los costos que conlleva la transición y la compleja situación económica del país, para Rivero la Argentina se encuentra en un momento clave para el negocio: “la clase media y media baja son los beneficiarios de esta tecnología”