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jueves 15 de septiembre de 2022
Inicio de la electromovilidad: ¿Cómo fue el primer proyecto que dio impulso a los coches eléctricos?
Entre 2011 y 2015 un proyecto de I+D funcionó con la idea de promoción de la electromovilidad y llevar tranquilidad al usuario de aquel entonces y del futuro.
Endesa también fue parte de la iniciativa junto con 41 empresas más.
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El 31 de marzo de 2011 la Unión Europea puso en marcha el Proyecto Green eMotion que tuvo una duración de cuatro años con la búsqueda de la promoción de la electromovilidad.  

Los socios del proyecto llevaban a cabo una investigación para determinar las condiciones que debían cumplirse para asegurar un uso cómodo transfronterizo de los vehículos eléctricos.

Hubo varias sedes de investigación y en España hubo tres: Madrid, Barcelona y Málaga. Allí, varias empresas fueron parte de un consorcio que se encargó de dar los primeros pasos en electromovilidad.

Uno de los lugares en ser parte en España fue el Centro Tecnológico CARTIF que tuvo un rol determinante en la sede de Madrid.

“Se buscó saber cómo afectaría la llegada del vehículo eléctrico y darle cavidades de todos los lados. Siempre buscando que se fijaran pautas para que el usuario no tenga grandes complicaciones al usarlo”, comenta Francisco Javier Olmos Herguedas del Departamento de Estrategia y Desarrollo de Negocio de CARTIF.

Entre sus funciones estuvieron la adquisición y análisis de datos procedentes de las flotas de vehículos y la infraestructura de carga, investigar la influencia de la infraestructura de recarga en la calidad de la red eléctrica y la evaluación de la energía inyectada en los procesos de recarga procedente de energías renovables.

Además de investigar las opciones para utilizar turismos eléctricos, Green eMotion también estudiará el uso de vehículos de dos ruedas y autobuses, incluyendo modelos íntegramente eléctricos y modelos híbridos.

El listado de las empresas industriales que lo compusieron fue: Alstom, Better Palce, Bosch, IBM, SAP y Siemens.

Tuvo la participación de empresas energéticas como Dansk Energi, EDF, Endesa, Enel, ESB, Eurelectric, Iberdrola, RWE y PPC.

Y de grandes fabricantes automovilísticos BMW, Daimler, Micro-Vett, Renault y Nissan. Además de los municipios de Dublín, Cork, Copenhague, Bornholm, Madrid, Malmö, Málaga, Roma, Barcelona y Berlín.

Luego universidades e instituciones de investigación, la mencionada CARTIF, DTU, ECN, ERSE, Imperial, IREC, LABEIN y TCD y las instituciones tecnológicas DTI, FKA y TÜV Nord.

“Fue el empezar a valorar procedimientos y protocolos de cómo trabajar ante una perspectiva inicial de un sistema de recarga, en ese entonces con una velocidad baja y una infraestructura que debía evolucionar”, explica Olmos.

Con un presupuesto de 41,8 millones el proyecto fue llevado a cabo en varias ciudades de europa, tales como: Copenhague, Bornholm, Malmö, Estrasburgo, Karlsruhe, Stuttgart, Berlín, Dublín, Cork y las españolas.

“Siempre había personas muy interesadas en conseguir que trascendiera la movilidad eléctrica y en ese entonces estaba todo muy verde. Parecía poco competitivo y sin sentido dentro del mercado, luego eso cambió”, relata el encargado en CARTIF.

Este proyecto, según relata Olmos, hizo que se empezaran a definir ciertos aspectos en lo normativo con respecto al coche eléctrico y su infraestructura de recarga.

“El eléctrico se ha ido imponiendo. Cada vez son más competitivos y consiguen mejores resultados”, se explaya.

Pero en ese momento, la competencia no era lo más relevante sino anticipar las problemáticas que podía tener el vehículo eléctrico. El proyecto funcionó para encontrar soluciones de manera anticipada.

“Se podría decir que fue uno de los puntapiés iniciales a la promoción de la electromovilidad en el continente”, sostiene Olmos.

Con el trabajo de los 42 socios europeos en esos cuatro años, se consiguieron desarrollar prototipos para conectar las islas de movilidad eléctrica existentes en ese momento. 

Se definieron estructuras generales y se fijaron estándares de tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Analizaron también modelos de negocio para infraestructura de recarga pública y se han presentado posibles vías para su óptima integración en la red. 

En las 10 regiones de demostración de Europa en las que se ha desarrollado el proyecto, junto con otras regiones de réplica, Green eMotion ha podido demostrar que los resultados del proyecto realmente funcionaron en la práctica y que además respaldaron la instalación de un entorno de movilidad eléctrica a partir de cero.

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