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martes 17 de noviembre de 2020
Industria nacional: puntos a favor en las licitaciones de buses según Busscar
La carrocera forma parte de varios proyectos que participan de la licitación vigente para Bogotá y destaca que tanto la fabricación nacional como el conocimiento de las vías juega a favor a la hora de la toma de las decisiones.
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La licitación de Trasmilenio en Bogotá es por un total de 55 rutas repartidas en seis Unidades Funcionales que involucran 1295 vehículos donde las propuestas que estén estructuradas completamente con tecnología eléctrica recibirán un puntaje adicional en la evaluación al ser cero emisiones, así como concesiones de operación por un periodo más extenso que las propuestas de Gas Natural Vehicular y Diésel.

Actualmente, Busscar trabaja en prototipos para unidades de 80 pasajeros de 12 metros de largo y otro de 50 de 9,5 metros para esta licitación, pero con vistas de poder insertarlos en el resto de la región.

Alejandro Robledo, Gerente Comercial y Exportaciones de Busscar Colombia, adelanta a Portal Movilidad que esperan poder participar de las seis unidades funcionales. Además, se anima a estimar: “Cerca del 70% puede ser de eléctricos, ronda en 900 autobuses, y un remanente será de diésel y gas dependiendo de las empresas que se presenten”.

“Esta licitación le otorga diez puntos, de cien, a la tecnología nacional para incentivar a la industria. No es lo mismo construir un bus para América Latina que para otra parte del mundo, los importados no siempre funcionan. Hay que conocer perfectamente los requerimientos de las vías”, indica.

Hay tres ejes fundamentales en torno a esto: El conocimiento de las vías (condiciones y radio de giro), las exigencias de las regulaciones y el cliente.

Los proyectos son con Yutong, BYD, Scannia y Volvo para tecnología eléctrica y a gas, incluyen unidades de entrada baja y entrada alta.

En este sentido, comenta: “Hay que saber cómo hacer el bus, dónde colocar las sillas, las protecciones para el conductor, cómo se manejan los equipos a bordo y demás. En este casi también depende de las zonas en las cuales se incorporarían, son muy diferentes”.

Por otra parte, puntualiza que al ser un producto en parte nacional los costos de mano de obra son muy buenos y eso le da competitividad al producto.

“Hoy en día el 95% de los buses que ruedan en el país son fabricados en Colombia. Necesita una carrocería fuerte, garantizar que la vida útil alcance de 10 a 15 años y con una normatividad que cumpla con el control de flotas, pasajeros y seguridad que hace que cada día su construcción implique tecnología de avanzada”, menciona.

Para las calles colombianas también aplica el concepto “tropicalización” de las unidades. Robledo explica por qué: “Los buses de proveeduría asiática son más bajos de lo normal y los ángulos de entrada y salida son más pequeños. Eso en algunos casos presenta problemas en los radios de giro cuando las calles son muy estrechas y cuando hay baches en la carretera pueden golpearse abajo”.

“En la medida en que los buses se incorporen en las calles de las ciudades y salgan de las avenidas principales tendremos que trabajar con los fabricantes para modificar los chasis y que puedan ser más altos. Nos enfrentamos a alturas de 240 mm cuando normalmente encontramos alturas de 350 hasta 400 mm. Lo mejor es corregir esto desde el principio”, refiere.

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