Con el agravamiento de la pandemia de coronavirus en Brasil y la adopción de medidas más duras por parte del gobierno para reducir la circulación de personas, las calles y avenidas fueron definitivamente tomadas por el personal de reparto. El vaivén de bicicletas y motos con pedidos de clientes se ha intensificado en este periodo y, con ello, también ha crecido la preocupación por la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.

Así, iFood lanzó un nuevo programa enfocado a la sustentabilidad, iFood Regenera. La compañía ha puesto en marcha un ambicioso plan para tener 10.000 motos eléctricas en hasta 12 meses y realizar el 50% de las entregas en modos no contaminantes para 2025.

Para lograr el objetivo, foodtech cerró dos alianzas. El primero con la puesta en marcha de bicicletas Tembici, para ofrecer planes de alquiler de bicicletas eléctricas más asequibles. Hay más de 2.000 repartidores registrados, que comparten 1.000 bicicletas eléctricas en São Paulo y Río de Janeiro.

El segundo acuerdo es con el fabricante de automóviles Voltz, especializado en motocicletas eléctricas. El proyecto piloto, que comenzará en abril, contará con 30 motocicletas que serán probadas por el personal de reparto y, después de este período, la expectativa es alcanzar la marca de 10,000 motocicletas en 12 meses.

La propuesta de IFood es fomentar el uso de este modal a través de una línea de crédito especial para los socios de entrega.

Según la empresa, el desafío para poner las motos eléctricas en las calles es la escala, ya que hay producción, demanda y crédito para la modalidad. La idea es que la línea pueda abaratar costos y sea económicamente viable para que una persona se compre una motocicleta eléctrica. Por el lado de la demanda, la apuesta está en la comunicación, para que la base de 160.000 repartidores de iFood conozca el proyecto.