La electrificación del transporte significa todo un desafío, pero que ha podido ir consagrándose con el avance de la tecnología y un trabajo en conjunto realizado por los diferentes actores de ecosistemas.

Es así, que superando barreras y con los segmentos más ligeros escalando dentro del mercado, se analiza cómo deberá afrontarse los cambios sobre los camiones y autobuses.

En este sentido, Isabel Gómez, analista energética de Iberdrola, plantea: «En 2017 pensábamos que solo el transporte ligero se iba a poder electrificar. Ahora estamos empezando a pensar que el transporte pesado también se puede. De golpe no, obviamente».

Hasta el momento ya se prevé que los camiones eléctricos de batería alcanzarán la paridad de coste con los vehículos con motor de combustión interna en 2025.

No solo ello, sino que cómo se plantea en el informe “Transporte de mercancías por carretera sin emisiones de carbono”, también se espera que para esa fecha los camiones eléctricos de batería con pantógrafo sean más baratos que los vehículos con motor de combustión interna. 

La propulsión por pila de hidrógeno será competitiva en cuanto a costes respecto a los de combustión en 2030, a medida que los precios de producción de este combustible disminuya.

De esta manera, plantean que estas opciones de cero emisiones, podrán beneficiarse de políticas adicionales que reduzcan sus costes o aumenten de los vehículos diésel.

Pese a todo esto, la especialista reconoce que no hay que centrarse «solo en una nueva tecnología, pero hay que ver cuál es la que soluciona nuestros problemas».

En consonancia con todo esto, también hubo puntos de encuentro entre todos los ponentes, parte de la mesa redonda de la presentación del informe.

Es así que llegaron al acuerdo de que es necesario implementar una infraestructura que permita la implantación real de camiones que funcionen con energías alternativas al gasóleo. 

«Necesitamos que sobre todo los puntos de recarga estén disponibles donde los necesitan y que se pueda recargar en los descansos obligatorio de 45 minutos que tienen que hacer los conductores», detalla la representante de Iberdrola en este sentido.

Al igual que hubo que hacer en su momento para posibilitar el transporte en vehículos con motor de combustión interna, para lograr el despliegue de los sistemas de propulsión avanzados de cero emisiones de carbono se requiere también la implementación de una infraestructura específica.

Es así que el informe apunta: “Se asume un despliegue, se hará  cada vez más rápido a medida que se produce el aprendizaje y disminuyen los costes”.

“A pesar de la lenta adopción inicial, alrededor del 26% de la red considerada está cubierta por  carreteras electrificadas en 2050 (frente al 2,4% en 2030 y el 11,1% en 2040)”, agrega en este sentido.

Debido a los requisitos necesarios, suponen que la proporción prevista de vehículos pesados de  hidrógeno verde irá de manera más lenta hasta 2030; sin embargo, su cuota se expenderá rápidamente a partir de entonces, alcanzando el 15,5% en 2035, el 32,8% en 2040 y el 68,1% en 2050.