En los últimos meses, la Empresa Municipal de Transporte (EMT) de Madrid hizo públicos sus planes para poner en pie su hidrógenera y la instalación fotovoltaica que la abastecerá en el Centro de Operaciones de Entrevías.

Frente a su trabajo en la materia, el operador ha llegado a una serie de conclusiones relacionadas con las necesidades que hoy se presentan al hablar de la implementación del hidrógeno.

Es así, que el Director de Transportes de la entidad, Carlos Sierra Martín-Serrano, plantea: “Las ayudas de la Administración hoy no tienen que venir en modo de fondos, sino que debe realizarse una inversión en infraestructuras que permita reconvertir la estructura de transmisión de energía para que sea capaz de jugar con este nuevo vector energético”.

Desde esta perspectiva, confía que el H2 brindará una “eficiencia terrible”, pero antes de poner el foco completo en ella quieren realizar una serie de pruebas.

Uno de los factores que hacen dudar de su aplicación es la distancia que hay entre las plantas y los lugares donde se lo va a consumir.

Es por ello, que buscan que se generen estaciones como las que hoy en día funcionan para el gas, pero aplicadas al desarrollo hidrógeneras, para que estas se terminen ubicando a una distancia clave de la estación donde se lo aplicará.

La iniciativa, que presenta el representante en el marco del Global Mobility Call, consta de instalar un centro de operaciones de 50.000 metros cuadrados, destinado a la producción, el almacenamiento y la distribución.

También contempla la ejecución de placas fotovoltaicas capaces de generar toda la energía necesaria para la producción del H2 a partir de fuentes renovables.

La magnitud del proyecto implica un compromiso adecuado, por lo cual el representante de la EMT de Madrid también pone sobre la mesa la cuestión de la fragmentación de la producción de este vector energético.

“Necesitamos que se vertebre una infraestructura de energía, en este caso del hidrógeno, y nos gustaría que salgan futuros proyectos de este tipo”, apunta al respecto el ejecutivo.

De no ser así, Carlos Sierra Martín-Serrano teme que los costes del vector energético no sean los ideales. 

Actualmente, el Centro Nacional de Transporte tiene otro proyecto de cinco megas, mientras que el de la EMT será de dos megas. 

Esto, genera que desde el punto de vista de la economía de escala no se obtengan los resultados, deseados, en relación con el éxito que está teniendo la electrificación, con sus bajos recios de mantenimiento y uso diario.

Mientras que trabajan en la solución de este tipo de ejes, la apuesta del operador madrileño es cautelosa.

“En Barcelona son realmente valientes planteándose un objetivo de 60 coches, y nosotros esperamos aprendemos de ellos”, comenta al respecto Martín-Serrano, durante la mesa “Hidrógeno: la gran esperanza verde, retos y realidades”.

Mientras que TMB realiza una puesta a lo grande en lo que respecta a la compra de autobuses con este tipo de propulsión, la EMT invierte en su centro de operaciones y en unas primeras 10 unidades. 

Luego, el próximo paso de Madrid será alimentar, por medio de su propia producción energética, un total de 20 buses a hidrógeno verde. Completada esta experiencia, la empresa analizará si continuar apostando o no por esta solución de movilidad.