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jueves 15 de diciembre de 2022
Hay metas ambiciosas de hidrógeno verde pero la oferta de vehículos es muy escasa
Chile considera que tiene una oportunidad única para desarrollar una industria competitiva de hidrógeno verde que, a partir de electricidad producida con recursos renovables de bajo costo, permita formar un energético de uso local y de exportación, impulsando una economía sustentable en torno a esta. ¿Qué ocurre con el transporte?
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Chile cuenta con una Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde que fue publicada en noviembre de 2020 y ratificada en las últimas semanas por las autoridades actuales.

“La descarbonización y la competitividad de Chile en energías renovables le abre las puertas para crear un sector económico que podría equiparar en tamaño a la industria minera nacional. De hacer las cosas bien y a tiempo, el uso de hidrógeno verde en aplicaciones domésticas generará una industria preparada para competir en mercados internacionales de exportación. La inversión en hidrógeno verde estará aparejada de generación de capacidades locales y creará polos de desarrollo a lo largo de nuestro territorio”, cita el documento.

Una de las aplicaciones de este combustible es en vehículos, no obstante, la oferta en el mercado chileno es escasa y casi nula.

Entonces, hay metas y objetivos que involucran al transporte pero no hay portafolio. ¿A qué se debe?

Francisco Belmar, investigador de la Unidad de Tecnologías del Hidrógeno UC, responde al interrogante: “Cuando uno mira lo que está pasando en Europa sí hay mercado, no es como el de los vehículos eléctricos o convencionales, pero sí existen proveedores suficientes para satisfacer la demanda de la actualidad que tampoco es muy alta porque los vehículos de hidrógeno son muy caros”.

Es conocido que, efectivamente, en camiones el mercado es muy pequeño ya que no va más allá de Hyzon y Nikola. En buses hay entre seis y ocho marcas pero que no ofrecen mucha variedad en términos de aspectos técnicos.

Belmar argumenta: “Desde la perspectiva del proveedor, ¿por qué vendrían a poner su oferta en Chile si nadie está demandando?”. Ocurre que actualmente, esa demanda la tienen más cerca del lugar donde se producen las unidades.

“Si eventualmente Chile quiere ser un país donde se consuma hidrógeno, efectivamente va a tener que impulsar de alguna manera y atraer a los proveedores”, agrega.

Es que hoy, tal vez no hace sentido desarrollar un proyecto de hidrógeno para, por ejemplo, tener un solo camión pero si son varios los actores que se convocan y la demanda es de más de un camión la situación se observa con otros ojos.

“Podemos empezar a generar trabajos en conjunto entre distintas industrias para acumular demanda”, menciona el académico al tiempo que afirma que esta demanda integrada puede ser un buen impulso al sector atendiendo que en este momento le resulta caro el equipo, el vehículo y el combustible.

“Los vehículos eléctricos a batería ya tienen una ventaja de cuatro o cinco años respecto al hidrógeno o más… Va a ser difícil considerando los mercados que atienden cada uno”, indica en comparativa.

¿Para cuándo se proyecta una mayor demanda? La respuesta de Belmar es: “El punto de quiebre entre el diésel y el hidrógeno verde es una respuesta que todos queremos saber pero las proyecciones indican que será más cercano al 2030”.

Sobre la Estrategia planteada, Francisco Belmar cierra: “Las metas de la estrategia son muy ambiciosas y creo que ya no llegamos, falta mucho desarrollo en la parte técnica, económica y de trabajo en territorio”.

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