En medio de la polémica de las renegociaciones y la demora en la definición de la prohibición del motor de combustión, Adina Vălean, Comisionada de Transporte en la Comisión Europea, hizo mención de los posibles elementos para transicionar y marcó como ejemplo a los ecocombustibles.

“Descarbonizar el sector del transporte depende de disponer de alternativas a los combustibles fósiles”, comentó en sus declaraciones en conferencia de prensa. 

A esto añadió: “Necesitamos suministros suficientes de electricidad renovable, biocombustibles sostenibles, hidrógeno limpio y otros combustibles renovables y bajos en carbono”. 

Pero, el detalle de sus declaraciones vino cuando expresó que la Comisión Europea no tiene ninguna preferencia sobre cómo sustituir los combustibles fósiles. Por lo que, la postura de la electromovilidad parece no ser tan fuerte para el organismo de gobierno.

“Sí insistimos en disponer de alternativas suficientes para alcanzar nuestros objetivos de emisiones. La Comisión puede ayudar a coordinar la oferta, la distribución y la demanda”, añadió en sus declaraciones Vălean. 

Estas palabras de la Comisionada toman relevancia dada a la presión de Alemania e Italia para poner en la agenda la no prohibición de los ecocombustibles en 2035 y que eso sea postergado o eliminado.

Este mes, los presidentes de los 27 países que conforman el Consejo Europeo votan para que la medida que establece el cese de la venta de vehículos a combustión para 2035 se convierta en ley de forma definitiva.

Volker Wissing, Ministro de Transporte de Alemania, sostuvo que mientras que la Comisión no entregue la propuesta, el gobierno no votará favorablemente para que el texto entre en vigor.

“Necesitamos la tecnología del hidrógeno y también los ecocombustibles, especialmente en vehículos pesados”, declaró.

Italia, la otra potencia automovilística, pidió mediante Antonio Trajani, su ministro de Asuntos Exteriores, que no aprueben la prohibición total de la venta de coches de combustión.

El principal motivo pareciera estar vinculado a la industria de los superdeportivos como Ferrari y Lamborghini y la dificultad para pasar esos modelos a motores eléctricos.

Italia ya consiguió una excepción del Parlamento Europeo con la Enmienda Ferrari, la cual implica que las restricciones no se apliquen a los fabricantes con pequeños volúmenes de producción anual: de 1000 a 10.000 coches o de 1000 a 22.000 furgonetas.

Otro punto a destacar y que toma aún mayor relevancia, son las declaraciones que dio la Comisionada Europea hace poco tiempo, luego de que los ministros de ambos países hablasen: “Creo que el debate no está cerrado, aunque se haya votado”.

Además, en la última conferencia de prensa que prestó el 27 de febrero, remarcó: “Necesitamos aumentar gradualmente la demanda de combustibles sostenibles, sobre todo para barcos y aviones”.