Con el apoyo de la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ), en el marco de su programa Transporte Sustentable, el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) finalizará en diciembre un análisis guía que le permitirá apuntar a un transporte de última milla con camionetas y bicicletas eléctricas. 

El AMG fue seleccionado dado que es la segunda metrópoli más grande de México y uno de los polos económicos más importantes del país. En consecuencia, más de 10 mil unidades de carga entran allí cada día con más de 8 mil unidades de tráileres y, de hecho, el 21% de los accidentes viales involucran camiones y camionetas de carga. 

«Esto refleja la necesidad de encontrar esquemas de última milla que puedan atender las necesidades de manera sustentable, eficiente y segura en el sector», advierte Luisa Sierra Brozón, Asociada al Programa de Energía de Iniciativa Climática de México (ICM), durante el webinar Flotas Verdes.

En ese sentido, si bien aún el estudio no ha llegado a término, los resultados preliminares ven de forma positiva para la última milla del área la incorporación de e-bikes, camiones y camionetas eléctricas y la renovación de flotas públicas de transporte. 

En el primer caso, existen oportunidades para fomentar esta tecnología en el reparto de mercancía de la central de abastos a centros históricos y en entregas de proveedores a comercios con consumo pequeño. 

Sin embargo, la falta de espacio urbano para detonar el crecimiento de la infraestructura, la escasez de socialización del tema para disminuir la resistencia de la sociedad en esta movilidad, la ausencia de oferta de bicis de carga eléctricas y de incentivos, y la inseguridad vial son obstáculos que entorpecen la implementación de la micromovilidad en las calles de Guadalajara. 

Respecto al resto del parque vehicular, los autos eléctricos encuentran una oportunidad en las flotillas de autoridades municipales, metropolitanas y estatales, así como también lo hacen los camiones eléctricos en el reparto. A su vez, la creación de un clúster industrial de armadoras y proveedores de esta clase de vehículos también sería un puntapié para desarrollar este tipo de movilidad. 

No obstante, en este caso, aún son necesarios muchos incentivos económicos, se requiere de la instalación de infraestructura de carga y repensar la barrera de costo de adquisición que implican estas nuevas tecnologías. 

De hecho, en lo que respecta a los puntos de carga en los últimos dos años estos se han visto reducidos a nivel nacional, pasando de tener un crecimiento del 35% desde 2016 a 2020 a solo un 4%.