Tal y como lo adelantó en la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP27), el ministerio de Minas y Energía se encuentra trabajando en la definición de una Hoja de Ruta para la Transición Energética Justa (TEJ). 

En ese sentido, la búsqueda de un transporte limpio será clave dentro de la estrategia a desarrollar. 

“Nuestro sector transporte opera básicamente con combustibles fósiles. Ahí habrá un esfuerzo de cambio en esta transición energética, pero hay que tener en cuenta los tiempos y la velocidad en la que se puede hacer la transición”, advierte Alexander Gómez, líder del TEJ. 

Y agrega: “Ese es uno de los resultados que nos dará la hoja de ruta después de establecer las metas en función de los tiempos en los que se realice la transición, lo cual va a ser determinante para los costos”.

En la actualidad, este sector consume el 47,1% de la energía secundaria, seguida por el ámbito industrial y el residencial. 

Representación esquemática del balance energético nacional de energía secundaria (energía disponible para el usuario) para 2021. Fuente: UPME, 2021.

Con estas consideraciones, la transición apuntará principalmente al transporte público y pesado, a la vez que se expandirá el uso de las fuentes no convencionales de energía renovable, las cuales hoy significan el 25% de la energía total. 

“La flexibilidad para utilizar el hidrógeno en aplicaciones energéticas, de transporte y como insumo industrial para la producción de derivados, como el amoníaco, el metanol, varios tipos de combustibles sintéticos y los fertilizantes agrícolas, son ventajas que contribuyen en la descarbonización de estos sectores”, afirma el documento preliminar. 

¿Cómo se está avanzando?

En conexión con el Plan Nacional de Desarrollo, se está realizando un planeamiento de mediano y largo plazo.

Por el momento, ya culminó la primera fase de Planeación y ahora se avanzará con la segunda, donde se establecerán metas concretas a largo plazo. 

“Va a tener una moderación por escenarios e incorporará el componente social, el trabajo con los territorios y el enfoque étnico”, señala Gómez durante el Diálogo Nacional para la Transición Energética Justa. 

Luego, explica: “Se terminará con un trabajo de habilitadores regulatorios, sociales, de infraestructura, identificando convenientemente lo que sirve para el país”. 

Este proceso considerará el camino ya recorrido en materia de transición energética en el país, a través de análisis técnicos, la normatividad existente tal como la Ley 2099 de 2021 y el Conpes 4075 de 2022, y de las acciones que emprendió el país al comenzar a diversificar su matriz energética.