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jueves 02 de febrero de 2023
Gobierno lanza hoja de ruta para electrificar transporte: «Un esfuerzo para que México sea protagonista»
Tras trabajar en conjunto con la Universidad de California, se desarrollaron 28 puntos para orientar el accionar del sector público, privado y académico de México. Aquí el relevamiento y las principales voces del suceso.
Canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
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El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, hizo público el documento con las recomendaciones del Grupo de Trabajo para la Electrificación del Transporte (GTE), el cual se trabajó con la perspectiva de empresas, Estado y academia de ambos países. 

“Tengo el honor de encabezar este esfuerzo desde la Cancillería, en colaboración con la Universidad de California, y presentarles este documento que sintetiza un importante esfuerzo para sumar voluntades y lograr que México sea un protagonista en esta transformación global de la economía, del medio ambiente y de la sociedad”, expresa Ebrard en el documento. 

Una de las principales firmantes, Martha Delgado, subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE, expresa en comunicación con Portal Movilidad la importancia que guarda el documento para el sector. 

“Uno de los éxitos del proyecto es la gran convocatoria y el interés que suscitó: más de 160 actores, 20 empresas, diferentes órdenes de gobierno y las principales universidades del país participaron de manera activa en este proyecto”, afirma Delgado. 

Y añade: “Además se tiene una hoja de ruta. Será a través de esta publicación que sabremos en los próximos meses y un par de años qué tiene que hacer el país para poder fortalecer esta industria en México y Estados Unidos”. 

Este grupo trabajó sobre cinco ejes comunes: 

  1. Innovación: Adaptación y aplicación de nuevas tecnologías, procesos y prácticas para cubrir las necesidades de la transición hacia la electrificación del transporte.

    2. Capital humano: Desarrollo de nuevas capacidades y habilidades de los recursos laborales de la industria automotriz.

    “Esto va a ser muy importante, no solamente por la realidad que tiene la plantilla laboral de esta industria en México, sino para saber hacia dónde tienen que dirigir sus esfuerzos las instituciones académicas y orientar la capacitación de nuevos elementos”, resaltan desde la Subsecretaría de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos.

    3. Proveedores: Diversificación y fortalecimiento de las cadenas de suministro en la producción de vehículos eléctricos.

    4. Infraestructura: Desarrollo de infraestructura para llevar a cabo la transición industrial automotriz de manera sostenible y segura.

    5. Gobernanza: Ordenamiento y conducción de la normatividad que conlleva la electrificación del transporte, así como la coordinación y comunicación de los actores involucrados.

    Sobre estas dimensiones se proponen en total 28 recomendaciones consensuadas entre los distintos actores, lo cual dota de legitimidad y consenso al accionar definido para los próximos años. 

Estas versan sobre, por ejemplo, desarrollar el litio para nutrir la cadena de proveedores, publicación de bolsas de empleo referidas a la electromovilidad y aportaciones a las currículas académicas para fortalecer el sector

También se recomienda el cambio normativo hacia las baterías eléctricas y la proliferación de espacios de encuentro intersectoriales para la mejora en las condiciones de fabricación de estos insumos.

“La vertiginosa transición hacia electrificación del transporte también representa el surgimiento de nuevos jugadores y centros de producción que han invertido de manera temprana en el desarrollo de las baterías eléctricas, en la extracción de materiales esenciales, en modelos de negocio innovadores y en una infraestructura industrial que les ha permitido ganar ventaja en el mercado global”, analiza Isabel Studer, directora de la Alianza México de la Universidad de California.

También formaron parte del documento distintos agrupamientos como la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) y la Cámara Nacional de Manufacturas Eléctricas. 

Jorge Jiménez Sólomon, quien fuera Coordinador del Grupo de Trabajo para la Electrificación del Transporte (GTE), había adelantado a Portal Movilidad las preocupaciones principales que desde cancillería se iban a expresar en este documento. 

Ellas fueron: 

  • La puesta a punto de la red eléctrica. 
  • La articulación de la industria automotriz con empresas de telecomunicaciones. 
  • La necesidad de cambio de currícula de las instituciones educativas para la formación de profesionales. 
  • Salarios y participación de mujeres en la cadena de producción. 
  • Falta de normas para apoyar la transición. Por ejemplo: la homologación de cargadores. 
  • Comenzar a desarrollar una cadena regional de desarrollo de proveedores.


“En un momento tan disruptivo para la industria automotriz, el gran reto es la coordinación. Es ponernos de acuerdo con la academia para acordar la currícula, con la industria y con el interés de política pública del Gobierno”, describe el exjefe del GTE, quien trabajó dentro de la órbita de Iker Jiménez, director General de Impulso Económico Global (SRE). 

Desde la órbita de cancillería también se afirma que este trabajo de “triple hélice” – academia, iniciativa privada y gobierno- ha permitido desarrollar colaboraciones importantes con varios centros de educación superior, para tener centros tecnológicos sectoriales para la industria automotriz eléctrica. 

Al finalizar el documento, también se explica el proceso y la metodología utilizada para llevar adelante el desafío. Así también se expresan las limitaciones del mismo “a fin de que futuros proyectos puedan complementar o actualizar la información brindada”. 

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