El crecimiento de la empresa de reparto sostenible se ha dado de manera natural. Planteando un modelo de negocio basado en que ninguna entrega se realice a más de 750 metros de distancia, utilizando patinetes eléctricos, triciclos, vehículos eléctricos y hasta repartos a pie, han ganado un lugar estratégico en Barcelona.

Así la empresa concretó un acuerdo con Saba Group. El grupo de aparcamientos cierra su operación de entrada en la compañía logística con la toma de un 51% del capital.

De esta manera se concreta su apuesta por la distribución en la última milla, aumentando las posibilidades de expansión de Geever.

“Tenemos planteadas dos líneas de apertura, por un lado, las cercanías. Buscamos abrirnos camino por las ciudades y zonas aledañas a Barcelona, para luego dar un segundo paso hacia otras ciudades tales como Sevilla, Bilbao y Madrid”, adelanta Pere Roca Molinas, CEO y Cofundador de la empresa.

El foco en estas zonas se da particularmente por la densidad en la demanda y en cuanto al volumen de distribución que se registra.

Según anticipa el ejecutivo, la hoja de ruta ya se encuentra detallada, pero todavía no se pueden informar muchos adelantos.

Esto implicaría la inclusión de nuevas ciudades y por supuesto, la ampliación de la flota disponible hasta el momento.

Los trabajos que se están realizando a día de hoy en Barcelona ya incluyen aproximadamente unos 40 vehículos de cero y bajas emisiones, que en la brevedad se irá ampliando.

Todo esto se debe a que las tendencias de los usuarios, plantean una rapidez e inmediatez, que puede ser brindado por Geever. 

Dos claves de la expansión

Al ser consultado por las acciones que deben realizarse para que Geever siga abriendo sus fronteras, Pere Roca Molinas recalca dos cuestiones.

“Primero debemos plantear a las administraciones una mayor flexibilidad y adaptabilidad en los usos de las infraestructuras, tales como las zonas de carga y descarga. Esto con el fin de que las mismas se adapten a los nuevos modelos de distribución sostenible de última milla”, sostiene.

Una realidad es que las ciudades deben ir modificándose en la medida en que los cambios se vayan gestando.

Una iniciativa clave en este marco ha sido la puesta en marcha de las zonas de bajas emisiones, las cuales cierran zonas de las ciudades para que solo circulen peatones o vehículos de cero o bajas emisiones.

Según las disposiciones de la nueva ley de Cambio Climático, a partir de 2023, todos los municipios españoles de más de 50.000 habitantes deberán contar con estas restricciones.

Por lo cual, para que esto funcione, también se necesita una mayor rigurosidad de las normas de tráfico.

En ciudades cómo Barcelona en hora pico se ven números vehículos ubicados en doble filas en las principales avenidas, lo que genera un entorpecimiento en la vialidad.

Por ello, Pere Roca propone que se generen más controles y un mayor seguimiento del cumplimiento de las normas vigentes.