En la información obtenida por Automotive News, en carta se lee o siguiente: “Desafortunadamente, Ford Motor Co. ha decidido que no cumplirá su promesa de agregar un nuevo producto a OHAP y, en cambio, tiene la intención de construir el vehículo de próxima generación en México, la dirección de Ford espera que bajemos la cabeza y aceptemos la decisión. Pero déjeme ser claro, estamos tomando una decisión diferente”.
El escrito agrega: “Rechazamos al 100 por ciento la decisión de la compañía de anteponer la codicia corporativa y más ganancias potenciales a los empleos estadounidenses y al futuro de nuestros miembros. Esperamos que la empresa cumpla con sus compromisos contractuales con esta membresía y, cuando no lo haga, tomaremos medidas”.
Ford incluso habría comunicado a los proveedores que la intención es fabricar 75,000 unidades anuales de estos vehículos de nueva generación, con la idea de que lleguen al mercado en 2023. Originalmente, Ford había indicado que su plan era fabricar vehículos eléctricos en Michigan, pero al negociar el contrato con los trabajadores de la UAW en Ohio en 2019, accedió a fabricarlos ahí.
La empresa no envió ninguna carta confirmatoria a los empleados, pero les comunicó lo siguiente: “Las condiciones en las que se basó la Carta Administrativa de 2019 han cambiado la empresa está invirtiendo en la planta y aumentando la producción de camiones Super Duty en OHAP”
Regresando al punto de los dos modelos eléctricos, hace sentido toda vez que Ford ya fabrica en la planta de Cuautiltlán, en el Estado de México el Mach-E que está programado para iniciar ventas en nuestro país este año.
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