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martes 02 de agosto de 2022
Fondo millonario para movilidad eléctrica beneficia a nueve países en Latinoamérica
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) une fuerzas con el Fondo Verde del Clima (GCF) de las Naciones Unidas para crear el primer fondo regional que promueve la movilidad eléctrica y el hidrógeno verde en América Latina y el Caribe.
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La financiación apuntalará una transición en las ciudades de la región hacia unas emisiones de carbono más bajas y un transporte público resiliente, acelerando el uso del transporte público eléctrico y basado en el hidrógeno.

Los recursos permitirán este cambio en Barbados, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Jamaica, Panamá, Paraguay y Uruguay.

«Los sistemas de movilidad urbana de la región están bajo presión. La pandemia del COVID-19 asestó un duro golpe a las empresas de transporte público, reduciendo el número de usuarios y los ingresos necesarios para sostener las operaciones, alejarse de los combustibles fósiles volátiles y contaminantes y hacer la transición hacia fuentes de energía más seguras», sostuvo el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone.

Y agregó: «Este fondo regional de e-movilidad proporcionará los recursos financieros necesarios para adoptar tecnologías más limpias. También impulsará la resiliencia de los sistemas de transporte y energía».

El Director Ejecutivo del GCF, Yannick Glemarec, afirmó: «El GCF se complace en asociarse con el BID para el primer fondo que promoverá la movilidad eléctrica y el hidrógeno verde en la región. Nuestra inversión de 200 millones de dólares no sólo ayudará a aumentar el acceso al transporte de bajas emisiones y a fortalecer la resiliencia de la infraestructura de transporte urbano, sino que proporcionará beneficios socioeconómicos a millones de personas en América Latina y el Caribe.»

Al aumentar el acceso al transporte de bajas emisiones, el programa eliminará 7,5 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono.

Su medida de adaptación al clima beneficiará directamente a 1,5 millones de personas e indirectamente a 9 millones, lo que representa el 9% de toda la población de los países del programa.

Los beneficios incluyen la reducción de las facturas de importación de combustibles fósiles, la mejora de la capacidad de movilidad de los sectores público y privado, nuevos empleos verdes, una transición justa que tenga en cuenta el género y otras consideraciones, y una red eléctrica más resistente a los fenómenos climáticos.

Se espera que el BID y otros socios aporten 200 millones de dólares de la financiación (195 millones en préstamos y 5 millones en subvenciones), y el Fondo Verde para el Clima acaba de aprobar otros 200 millones (145 millones en préstamos y 55 millones en subvenciones).

Los Gobiernos de los nueve países beneficiarios se estima que aportarán otros 50 millones de dólares en fondos de socios locales, para una inversión inicial total de 450 millones de dólares.

Casi dos tercios de los fondos (284 millones de dólares) se utilizarán para financiar la movilidad urbana integrada electrificada.

Esto responde al escaso atractivo de la inversión en autobuses electrónicos, a la escasa experiencia en hacer más resistentes las infraestructuras de transporte urbano y a la falta de apoyo financiero a las inversiones para hacer que estas infraestructuras sean menos vulnerables al cambio climático.

Esta parte de los fondos financiará los autobuses eléctricos, los taxis y los vehículos de transporte colectivo, los vehículos de servicio de entrega de último kilómetro, y los camiones y las flotas institucionales.

El 22% de la financiación (98 millones de dólares) apoyará las microinfraestructuras de movilidad resistentes al clima, incluidos los vehículos de corta distancia, las estaciones de acoplamiento, los carriles para bicicletas y las calles peatonales.

Estos fondos también se utilizarán para asignar y mejorar el apoyo a los espacios urbanos y la infraestructura para el transporte electrónico público, abordar las necesidades específicas de género y conectar a los usuarios con opciones de transporte urbano alternativo (eléctrico y no motorizado).

También financiarán proyectos piloto de vehículo a red (V2G) e hidrógeno verde para evaluar su viabilidad como formas de aumentar la resistencia de la red.

El V2G consiste en utilizar las baterías de los vehículos de bajas emisiones como depósitos de almacenamiento de energía para suministrarla durante los riesgos climáticos.

El programa también cuenta con un importante componente de asistencia técnica para mejorar el diseño, la política de habilitación, el marco regulatorio y el modelo de negocio para la participación del sector privado, dado que las ciudades de la región aún carecen de estas condiciones para la movilidad eléctrica y del hidrógeno verde.

Como parte de este componente, el programa preparará un Plan de Acción de Género.

El plan tendrá como objetivo impulsar la participación femenina y la concienciación de género en el sector de la electromovilidad, aumentar el acceso de las mujeres a las oportunidades económicas mediante el desarrollo de sus habilidades técnicas y empresariales, establecer incentivos para la contratación de mujeres e incorporar criterios de elegibilidad de género en los procesos de selección de proyectos.

 

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