Las empresas tienen como nexo de unión el hecho de que el consejero delegado de la primera, Andy Palmer, forma parte también del equipo directivo de la empresa eslovacay, en palabras del alcalde, Óscar Puente, ha tenido «un papel fundamental» en el posible aterrizaje de la fábrica de baterías eléctricas.

Al anunciar la concesión de la licencia, Puente se mostró confiado en que ya en 2023 «la planta esté construida y en funcionamiento» y destacó «el tiempo récord» en el que se ha tramitado el permiso desde el consistorio.

El alcalde aprovechó para agradecer » la buenísima» colaboración de la Junta de Castilla y León y añadió que «de otra manera habría sido imposible».

Con una inversión prevista de 100 millones de euros en los próximos diez años, Switch Mobility tiene previsto la creación de 2.000 empleos directos y otros 5.000 indirectos.

Puente adelantó ayer que  la empresa tiene ya 5.000 currículos para el proceso de selección de personal y cuenta con 50 personas que ya trabajan.

La producción será gradual y empezará por los autobuses eléctricos, primero el G4 y luego el G5, para seguir con los vehículos comerciales: las furgonetas eléctricas. Cuando la factoría esté al máximo rendimiento, Switch Mobility prevé alcanzar un pico de producción de 50.000 vehículos al año.

Con un 92% de capital hindú,  además de España, Switch tiene como mercado potencial el resto de Europa, en especial Italia, Portugal y Francia, como destinos prioritarios, pero también el continente hispanoamericanos, según informó Diario de Valladolid.