En los últimos días, la agenda de la electromovilidad en Colombia tuvo algunos indicios de fabricación o ensamble nacional para vehículos eléctricos, pero ¿es factible este tipo de planes?

“Soy una convencida de que aquí sí hay un potencial, pero tiene que venir acompañado de una certidumbre en las reglas del juego y de incentivos, por lo menos equivalentes a los que hoy en día están otorgando países como México o Brasil”, responde Ángela María Orozco, quien fuera titular del Ministerio de Transporte en la administración anterior.

Durante los primeros días de febrero, estuvieron de visita en Bogotá Shipal Amin, presidente de General Motors Internacional, y Santiago Chamorro, presidente de General Motors Suramérica. De allí surgió la posibilidad de que General Motors esté proyectando ensamblar vehículos eléctricos en el país.

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Cabe mencionar que Colombia tiene una larga tradición de producción de autopartes que consolidó esta industria porque realmente puede proveer a las ensambladoras de la región y más allá de ella también.

Esto queda demostrado por las estadísticas que indican que, con las 204 compañías nacionales que ejercen esta actividad, se exportaron 136 millones de dólares a 55 destinos, entre enero y abril de 2022.

Hay en el país cerca de 600 empresas en la actividad de fabricación de autopartes y accesorios para vehículos; más de 4.800 empresas en la actividad de mantenimiento y reparación de vehículos y motos, y aproximadamente 6.400 en la actividad de comercio de autopartes y accesorios para vehículos.

Hace algunos días, el presidente de la República, Gustavo Petro, señaló que su intención es que la fabricación de vehículos eléctricos pueda tener partes nacionales.

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“Creo que hay una oportunidad en la medida en que se le otorguen las condiciones de incentivos que cualquier país ofrece a quien pone una planta de automóviles”, analiza Orozco y agrega que es necesario tener en cuenta que se necesita un volumen suficiente para que sea atractivo el negocio, ya que el mercado colombiano per se no es lo suficientemente grande.

“Es una decisión de alto nivel empresarial -y compiten los diferentes gerentes de cada país- elegir dónde ponen su producto al final del día”, sostiene Ángela Orozco.

Y cierra: “Uno como país debería dar todos los incentivos y condiciones para que sea más atractivo ubicarse acá antes que en otros países, si no lo hacen no lo van a lograr porque está claro que estas plantas son generadoras de empleo y de transferencia de tecnología y deberán construir una base de industrialización en los países donde se ubican”.