El Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL) y Element Fleet Management desarrollaron una investigación donde se comprueba que los vehículos eléctricos “no son necesariamente más riesgosos, aunque sí diferentes”. 

El documento titulado “Revisión de aspectos de seguridad en la operación de vehículos eléctricos” indica que, bajo ciertas condiciones, los cero emisiones han sido considerados incluso más seguros. 

¿A qué se debe estas afirmaciones? En primer lugar, se enuncia que existen menos reportes de fallas de origen, así como también se han presentado menos incendios que las otras tecnologías.

El estudio toma los resultados obtenidos por Auto Insurance EZ, compañía norteamericana especializada en seguros de autos, la cual ofrece los siguientes datos para responder a la pregunta: ¿los rodados eléctricos son más propensos a incendiarse que los de gasolina? 

Tipo de vehículo     Incendios por cada 100,000 ventas     Total de incendios

Híbrido                                       3,474.5                                             16,05

Gasolina                                    1,529.9                                            199,533 

Eléctrico                                       25.1                                                    52

La empresa menciona que la principal causa de reportes que involucran a los vehículos eléctricos en siniestros están relacionados con problemas en la batería, mientras que en los convencionales son debido a causas diversas. El INEEL y Element interpretan que esta situación no representa ninguna desventaja en la tecnología. 

“Al estar identificada la causa de riesgo, y al ser solamente una (las baterías), es de esperarse que el avance de la tecnología permita reducir más fácilmente este riesgo en autos eléctricos que en automotores, donde las causas de riesgo son múltiples”, indica el documento. 

Y agrega: “Se debe recordar que, si bien los vehículos eléctricos son tecnológicamente más avanzados, mecánicamente son más simples por poseer menos piezas móviles”.

Las baterías de los vehículos son las que resaltan a la hora de analizar la seguridad de los mismos. En este sentido, es de destacar que a lo largo del tiempo se han llevado adelante avances tecnológicos que permiten abordar esta situación para evitar incendios, pérdida de líquido y explosiones.  El estudio divide a estas prevenciones en dos categorías: “pasivas y activas”. 

Las primeras refieren a medidas como contenedores especiales rígidos, en los que se insertan las baterías para protegerlas en caso de impacto. Estos refuerzos “encapsulan y aíslan». 

Las segundas refieren a la aplicación de sistemas de control, monitoreo e incluso refrigeración de las baterías y sus cargas. Cabe destacar que el buen funcionamiento de la batería también depende de las buenas prácticas a la hora de su alimentación. 

Este tipo de información puede activar funciones de seguridad para informar a los usuarios o apagar la batería oportunamente.

Por último, los actores firmantes refuerzan la necesidad de cumplir con los requerimientos que dictan los estándares internacionales, así como las normas nacionales en materia de seguridad para unidades electrificadas.

 “Esto permitirá mantener e incrementar la seguridad del usuario, del vehículo y de la infraestructura de carga. Incrementará la confiabilidad de los componentes y con ello disminuirá la probabilidad de incidentes durante su operación, atribuible a sus partes”, indican.