Una planificación elaborada por la Empresa de Investigación Energética (EPE) bajo la orientación y apoyo de equipos del Ministerio de Minas y Energía, coordinados por las Secretarías de Planificación y Desarrollo Energético (SPE/MME) y de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (GSP /MME); apoya las decisiones de política energética y proporciona al mercado información que permite analizar la evolución del sistema eléctrico y las condiciones de idoneidad del suministro ante los diferentes escenarios futuros posibles.

Respecto a la electromovilidad, el documento recientemente publicado menciona que Brasil no sufre las mismas presiones que otros países para electrificar su flota rápidamente porque es relativamente dependiente de las importaciones de energía y porque tiene un mercado de biocombustibles bien establecido con una actividad económica y un empleo que dependen mucho del mismo.

Cabe recordar que, a diferencia de otros países de la región, Brasil no aplicó objetivos de electrificación. El Gobierno pretende, a través del programa “Rota 2030”, proponer medidas con vistas a lograr la descarbonización de la matriz de transporte.

Atendiendo a los objetivos del estudio, se realiza una proyección de la cantidad de autorizaciones de vehículos ligeros híbridos y eléctricos en el país, que indica un total de 350 mil vehículos en 2032 divididos en: 305 mil híbridos y 45 mil eléctricos a batería. La flota híbrida se compondría principalmente de vehículos flex-fuel.

En definitiva, se prevé que el 97% de la flota sea flex-fuel en 2032.

De estos datos se desprende una penetración progresiva, aumentando rápidamente en la próximos década, aunque la intensidad será enfocada en los híbridos.

“Se espera que la flota de HEV y BEV supere el millón de unidades para la década del 2030”, cita el informe.

Por otra parte, también cambiaría la forma de movilidad en los usuarios.

Según EPE, a pesar del crecimiento de las ventas de vehículos ligeros nuevos, se espera que la actividad crezca sólo un 2,0% anual, lo que conlleva un aumento de la satisfacción de la demanda de movilidad de la población en autobús, que debería registrar un crecimiento del 4,2% anual. Esto debería requerir un aumento de la flota del 41%.

Y aquí entra en juego la electrificación del transporte público: se prevé que los autobuses híbridos lideren las cuotas para aplicaciones no urbanas y para ciudades más pequeñas. Además, que parte de los BRT (Bus Rapid Transit) sean eléctricos.

En transporte pesado o camiones, la perspectiva indica una penetración gradual de tecnologías eléctrica, híbrida y de gas natural en la flota brasileña en el período analizado.

Entre las conclusiones se refuerza la idea de que la flota brasileña creció considerablemente a principios del siglo XXI, gracias a la estabilización económica.

“Los vehículos eléctricos se enfrentan a barreras de entrada, sobre todo en relación con la autonomía y el coste de las baterías, la disponibilidad y la inversión necesaria en infraestructuras, y el precio de los vehículos”, sostiene el estudio.

Y agrega: “Los vehículos electrificados deberían limitarse inicialmente a los segmentos de ingresos más altos, pero se espera una expansión continuada del mercado, acercándose al 7% de las licencias en 2032”.

Por otro lado, menciona que la electrificación debe avanzar en nichos, como la entrega de última milla y los autobuses urbanos.

Pero, a pesar de estos números, el informe admite: “Las tecnologías híbridas y de gas natural deberían seguir expandiéndose, mientras que la combustión diésel seguirá siendo dominante (95% de las ventas en 2032)”.

El estudio completo queda disponible en este link.