Un nuevo reporte de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) pone en debate el avance de la movilidad eléctrica en Europa. Entre los puntos más salientes está el despliegue de infraestructura de carga por país.

¿Qué ocurre en el caso de España? El informe coloca al país octavo sobre 27 países a nivel de mayor cantidad de puntos, con 7.407; el 3,3% del total existente en el continente, a cifras de 2020 obtenidas por el European Alternative Fuels Observatory (EAFO).

Un punto saliente es que el país se coloca en cuarto lugar en cuanto a presencia de puntos de carga de tipo rápido. En ese ranking, se encuentra con 2.128 puntos, tras Alemania (7.325), Francia (3.751) y Países Bajos (2.429).

Si bien esta última cifra marca una tendencia positiva, debe ponerse en contexto la distribución de la infraestructura en términos de territorio por país. Bajo ese parámetro, España ocupa el puesto 16, con 1.1 puntos de recarga cada 100 kilómetros de carretera, lejos de los 47.5 de Países Bajos o los 19.4 de Alemania.

¿Está el país bien encaminado en el despliegue de carga de vehículos eléctricos? La multiplicidad de cifras y variables complica el llegar a una conclusión definitiva, y mientras puede verse un punto como el cuarto puesto en carga rápida, otras perspectivas ofrecen una visión distinta.

El barómetro de la electromovilidad elaborado por la ANFAC coloca en su indicador de infraestructura de recarga rápida a España en un décimo lugar, tras Portugal.

Si bien las comparaciones no son extrapolables –ambos estudios no incluyen las mismas naciones y la ANFAC cuenta las estaciones de recarga a 2021 en base a datos de Electromaps en el caso de España– el resultado es que el país puede verse como mejor o peor encaminado, lo que abre un debate sobre el estado actual de la red de carga.

Asimismo, la cantidad total de estaciones en operación en el país en sí se pone como otro punto en relieve, sin una cifra definitiva a la cual tomar de referencia. En ese sentido, la futura normativa de regulación de la actividad de prestación de servicios de carga podría indexar estos puntos de forma más clara, unificando esta diversidad de cifras.

Por otra parte, independientemente de la cantidad, un dato en el que sí concuerdan la mayoría de los estudios es que debe fomentarse el despliegue a fin de alcanzar los compromisos estipulados para la descarbonización de la movilidad y la demanda de vehículos eléctricos que se espera crecerá en los próximos años como consecuencia.

Para diciembre de 2022, ANFAC propone el objetivo vinculable de desplegar 45 mil puntos de recarga de acceso público, lo que exigiría avances significativos en esta materia.

El despliegue de la recarga a nivel europeo

El artículo propone como conclusión general un gran salto en esta materia en comparación con el año 2014 (un 750% más referido a esa base de puntos), aunque la cifra total en Europa (menos de 225 mil estaciones de recarga) es “menor de la requerida”.

Otra problemática es que, de la totalidad, menos de 25 mil puntos son de carga rápida: solo 1 de cada 9.

Este panorama deja al continente rezagado para los estimados por la Comisión Europea para acompañar el descenso de emisiones de CO2 para 2030, lo que exige al menos 6 millones de puntos públicos para ese año.

El incremento debería ser 27 veces mayor al volumen actual en menos de una década para cumplir con las expectativas del “Fit for 55”. A esto se suma que el 70% de las estaciones actualmente se concentran en tres países: Países Bajos (66 mil), Francia (45 mil) y Alemania (44 mil).