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martes 29 de septiembre de 2020
Estados Unidos necesitaría 350 millones de vehículos eléctricos para 2050 para cumplir compromiso ambiental
Así lo determinó un grupo de investigadores de ingeniería de la Universidad de Toronto, en Canadá que realizaron un análisis detallado de lo que significaría un cambio a gran escala a los vehículos eléctricos en términos de emisiones e impactos utilizando como mercado de prueba a Estados Unidos.
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Actualmente hay más de 7 millones de vehículos eléctricos en funcionamiento en todo el mundo, en comparación con solo unos 20.000 que había hace una década. Es un cambio masivo, pero según un grupo de investigadores de ingeniería de la Universidad de Toronto, en Canadá, no será suficiente para abordar la crisis climática global.

«Mucha gente piensa que un cambio a gran escala a los vehículos eléctricos resolverá principalmente nuestros problemas climáticos en el sector de los vehículos de pasajeros, señala Alexandre Milovanoff, autor principal de un nuevo artículo publicado en la revista ‘Nature Climate Change’.

«Creo que una mejor manera de verlo es esta: los vehículos eléctricos son necesarios, pero por sí solos no son suficientes», amplía.

En todo el mundo, muchos gobiernos ya están apostando por los vehículos eléctricos. En Noruega, por ejemplo, donde los vehículos eléctricos ya representan la mitad de las ventas de vehículos nuevos, el gobierno ha dicho que planea eliminar por completo las ventas de vehículos de combustión interna nuevos para 2025. Los Países Bajos apuntan a hacer lo mismo para 2030, y Francia y Canadá lo seguirán para 2040.

Milovanoff y sus supervisores, los profesores Daniel Posen y Heather MacLean son expertos en la evaluación del ciclo de vida: modelan los impactos de los cambios tecnológicos en una variedad de factores ambientales.

Decidieron realizar un análisis detallado de lo que significaría un cambio a gran escala a los vehículos eléctricos en términos de emisiones e impactos relacionados. Como mercado de prueba, eligieron Estados Unidos, que ocupa el segundo lugar después de China en términos de ventas de vehículos de pasajeros.

«Elegimos los Estados Unidos porque tienen vehículos grandes y pesados, así como una alta propiedad de vehículos per cápita y una alta tasa de viajes per cápita –explica Milovanoff–. También hay muchos datos de alta calidad disponibles, por lo que pensamos que nos daría las respuestas más claras».

El equipo construyó modelos informáticos para estimar cuántos vehículos eléctricos se necesitarían para mantener el aumento de las temperaturas medias globales a menos de 2 ° C por encima de los niveles preindustriales para el año 2100, un objetivo que suelen citar los investigadores climáticos.

«Se nos ocurrió un método novedoso para convertir este objetivo en un presupuesto de carbono para los vehículos de pasajeros de Estados Unidos y luego determinamos cuántos vehículos eléctricos se necesitarían para permanecer dentro de ese presupuesto. Y resulta ser mucho», asegura.

Según los escenarios modelados por el equipo, Estados Unidos necesitaría tener alrededor de 350 millones de vehículos eléctricos en la carretera para 2050 para cumplir con las reducciones de emisiones objetivo. Eso equivale a aproximadamente el 90% del total de vehículos que se estima que están en funcionamiento en ese momento.

«Para poner eso en perspectiva, en este momento la proporción total de vehículos eléctricos en la carretera en Estados Unidos es de aproximadamente el 0,3% –dice Milovanoff–. Es cierto que las ventas están creciendo rápidamente, pero incluso las proyecciones más optimistas sugieren que para el año 2050, la flota solo tendrá un 50% de vehículos eléctricos».

El equipo dice que además de las barreras de las preferencias de los consumidores para el despliegue de vehículos eléctricos, existen barreras tecnológicas como la tensión que estos vehículos colocarían en la infraestructura eléctrica del país.

Según el documento, una flota de 350 millones de vehículos eléctricos aumentaría la demanda anual de electricidad en 1.730 TWh, o alrededor del 41% de los niveles actuales. Esto requeriría una inversión masiva en infraestructura y nuevas plantas de energía, algunas de las cuales seguramente funcionarían con combustibles fósiles.

El cambio también podría afectar lo que se conoce como la curva de demanda, la forma en que la demanda de electricidad aumenta y disminuye en diferentes momentos del día, lo que haría más compleja la gestión de la red eléctrica nacional. Finalmente, existen desafíos técnicos relacionados con el suministro de materiales críticos, como litio, cobalto y manganeso para baterías.

El equipo concluye que llegar al 90% de la propiedad de vehículos eléctricos para 2050 es un escenario poco realista. En cambio, lo que recomiendan es una combinación de políticas, incluidas muchas diseñadas para cambiar a las personas de los vehículos de pasajeros personales a favor de otros modos de transporte.

Estos podrían incluir una inversión masiva en transporte público (metro, trenes de cercanías, autobuses), así como el rediseño de las ciudades para permitir que se realicen más viajes en modos activos, como bicicletas oa pie. También podrían incluir estrategias como el teletrabajo, un cambio ya destacado por la pandemia de COVID-19.

«Los vehículos eléctricos realmente reducen las emisiones, pero no nos libran de tener que hacer las cosas que ya sabemos que tenemos que hacer –recuerda MacLean–. Necesitamos repensar nuestros comportamientos, el diseño de nuestras ciudades e incluso aspectos de nuestra cultura. Todo el mundo tiene que asumir la responsabilidad de esto».

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