Estados Unidos y China disputan sus fichas comerciales y afinan estrategias para penetrar mercados en desarrollo. En ese marco, México sigue apostando a la recepción apuestas privadas para el desarrollo de la electromovilidad. 

Teniendo en cuenta los últimos sucesos, es de presumir que el país gobernado por Andrés López Obrador no tiene preferencias por ninguno de los polos si hablamos de atraer inversiones al país. 

Por un lado, se sostiene y refuerza la pertenencia al T-MEC y los compromisos comerciales con la región norteamericana. Al mismo tiempo se busca encarar el proceso de nearshoring para relocalizar las cadenas de valor, lo cual involucra al gigante asiático. 

Tanto el acuerdo regional como el proceso de relocalización de cadenas de suministros tienen un punto en común: la electromovilidad. 

Cabe destacar que las medidas de promoción de la movilidad eléctrica por parte del gobierno de Joe Biden implican la introducción al país de oferta en esta tecnología, así como también desde la Secretaría de Economía se ha definido a la movilidad cero emisiones como uno de los cinco puntos a trabajar en post de la relocalización de industrias.

Según proyecciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el aumento de exportaciones derivados del nearshoring podrían catapultar a México con USD 35.300 millones por año.

Los sectores a los que se apunta son los semiconductores, automotriz (electromovilidad), eléctrica y electrónica, dispositivos médicos y farmacéuticos y agroindustria.

Según Valeria Moy, directora general del IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad), el principal beneficiario del nearshoring podría ser México. Sin embargo, es preciso que el país dé señales a los inversores, como la capacidad de otorgar energía. 

Paralelamente, se anuncia en el norte mexicano la instalación de plantas fotovoltaicas con la proyección de producción de 5 gW. Por lo pronto, se apunta a la producción de 1 gW, necesario para abastecer las aspiraciones fabriles en el Estado de Sonora. 

En ese sentido, días atrás se celebró en el senado mexicano una reunión con representaciones chinas para avanzar en el proceso de acercamiento de las cadenas de suministro. 

“Para México el progreso de la economía china es un ejemplo del cual queremos aprender de manera particular en la atención que su país ha puesto a la educación, investigación científica tecnológica y en la electromovilidad. Esto ha permitido que, en la actualidad, sea una de las naciones más desarrolladas en los sectores estratégicos”, afirmó la Senadora oficialista Cecilia Pinedo Alonso.

Y remató: “A pesar de que existe un enorme déficit en la balanza comercial de nuestras naciones, somos testigos de una tendencia que brinda una oportunidad para cerrar esa brecha: La deslocalización de las empresas o el nearshoring”.

Sus palabras fueron dirigidas al Wang Shouwen, representante de Negociaciones de Comercio Internacional y Viceministro de Comercio de China.

Asimismo la Secretaría de Relaciones Exteriores liderada por Marcelo Ebrard ha anunciado inversiones por parte de China para la confección de baterías de litio, clave para la producción de vehículos eléctricos en Sonora (como también en otros puntos del país).

No hay que dejar de lado que el gigante oriental concentra gran parte de la producción de vehículos eléctricos e inclusive el refinamiento de litio para la producción de semiconductores. 

Inclusive, según la revista Forbes, las empresas chinas dominan el 92% de la producción mundial de buses eléctricos y 10 de sus compañías acaparan el top 10 en electromovilidad.

Paralelo a ello, se siguen llevando adelante planes bilaterales con Estados Unidos para el desarrollo regional de la movilidad eléctrica, como lo fueron el Grupo de Trabajo para la Electrificación del Transporte.

Por otro lado, las mayores inversiones en movilidad eléctrica para México han sido de empresas norteamericanas. 

Según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) México se ubica como el séptimo productor automotriz en el mundo. A su vez, con las últimas noticias sobre la instalación de Tesla en Santa Catarina, el país contará con una participación del 30% de vehículos eléctricos en su producción. 

Otra empresas como Audi, BMW, Ford, General Motors, Zacua y BRP también han invertido grandes cifras en la producción de coches eléctricos.