España | Almacenamiento
viernes 30 de julio de 2021
España se enfrenta a la batería de segunda vida de coches eléctricos: ¿residuo o activo?
Ante el crecimiento exponencial de baterías de litio esperado por los años a venir, el continente se plantea qué hacer con ellas. ¿Puede ser esta una oportunidad para la economía circular?
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Tanto España como toda la Unión Europea tienen fijado el compromiso de fomentar la movilidad eléctrica como medida ante las emisiones y como oportunidad de reconversión de la industria automotriz. Pero, ¿qué hay de las baterías que se producirán como consecuencia?

Un reciente estudio del Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea alertó sobre la situación de las baterías de patinetes y bicicletas, ante el auge de la micromovilidad, pero la advertencia es para todos los vehículos eléctricos.

“Hay que poner cuotas de recuperación de baterías: las tenemos de diferentes tipos, y para cada uno debemos establecerlas, siendo las más importantes a recuperar las de automoción debido a su gran tamaño”, define Jon Asin, gerente y cofundador de BeePlanet Factory, a Portal Movilidad.

Nacida en 2018, la empresa desarrolla proyectos tecnológicos de almacenamiento sostenible de energía y energías renovables utilizando baterías desechadas de vehículos eléctricos.

Para Asin, estas cuotas de recuperación son críticas para la automoción porque la creciente fabricación de vehículos eléctricos supone más litio que todos los demás dispositivos de batería –portátiles, móviles, etc– juntos.

Si bien los vehículos de gran tamaño son la prioridad, el reto es también con las baterías más pequeñas. Es más común que vayan con el resto de los residuos si no hay una solución adecuada, lo que resulta problemático en el contexto de un boom de baterías de litio en todos los tamaños.

La situación de las baterías en Europa y España

“Hay mucho valor en esas baterías que van a salir de los vehículos: adoptaremos millones de unidades para nuestra movilidad, lo que implica millones de baterías descartadas, por lo que tenemos que cambiar a un modelo que las pase a considerar un activo y no un residuo”, asegura Asin.

En este punto, algo que afirma el especialista es que cada país debe desarrollar su propia estrategia, al no tener sentido trasladarlas de país a país. Esto implica desarrollar centros de tratamiento para las baterías, las cuales pueden servir de almacenamiento de energía renovable o para facilitar la instalación de infraestructura de recarga.

“La UE quiere evitar una dependencia excesiva de las materias primas que no están presentes en Europa, como el litio, el cobalto y el níquel, entonces surge este propósito de fomentar esta economía circular mediante la segunda vida”, subraya.

¿Qué tan posible es esto? Desde la empresa, consideran que lo será. Si bien actualmente el reciclaje de la batería de litio no es rentable, a futuro se espera que sí, además de que las próximas medidas de la Unión Europea apuntan en ese sentido.

Actualmente se está trabajando en una propuesta de Bruselas que pone 2024 de fecha a partir de la cual la huella de carbono de todas las baterías vendidas en el continente tendrá que ser declarada y pública.

Asimismo, a partir de 2027 se tendrá que declarar la cantidad de materias primas recicladas usadas en las baterías; y desde 2030 se fijarán porcentajes mínimos de materiales reutilizados con cifras del 95% para el cobalto, 70% para el litio, 95% de níquel y 95% para el plomo.

“Las cosas van cambiando cada año porque se quiere este esquema que recupere al menos el 90% de la materias primas: es difícil para las baterías pequeñas al mezclarse con otros objetos si no se recuperan adecuadamente, pero sí se podría conseguir para los vehículos eléctricos”, concluye el gerente.

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