Luego de algún tiempo de uso –estimados en alrededor de ocho años-, las baterías dejan de cumplir su función necesaria en los mencionados vehículos.

En países o regiones donde la electromovilidad tiene algunos años más de experiencia que en Latinoamérica ya se habla de economía circular, reciclaje y reutilización de las baterías.

No obstante, cabe destacar que las baterías de litio son mucho menos contaminantes que las de los vehículos de combustión interna ya que no tienen elementos dañinos muy potentes.

Entonces, ¿es momento de comenzar a pensar y proyectar regulaciones al respecto? “Es bastante complejo regular este tipo de dispositivo considerando que tienen un uso transversal en muchas industrias”, comentó a Portal Movilidad Jaime Alée, Presidente de ESK market intelligence consulting.

Entonces, ¿es momento de comenzar a pensar y proyectar regulaciones al respecto? “Es bastante complejo regular este tipo de dispositivo considerando que tienen un uso transversal en muchas industrias”, comentó a Portal Movilidad Jaime Alée, Presidente de ESK market intelligence consulting.

En esta línea agregó: “Tampoco hay mucho conocimiento respecto a qué hacer con ello, el tema del reciclaje de la batería de litio no está aún resuelto”.

“En general las normativas tienen sentido, sobre todo en el tema del reciclaje, cuando alguien le encuentra utilidad al producto que va a reciclar”, remarca Alée destacando que si no hay una oportunidad de negocio o mercado es difícil establecer regulaciones.

El mundo está optando por tres caminos a seguir en esta temática.

El primero es reutilizarlas en lo que se conoce como ciclo de segunda vida en otras aplicaciones fuera del vehículo eléctrico. “Se piensa que es un modelo de negocio interesante y se está moviendo bastante en el mundo”, opina al respecto el especialista.

El segundo es la opción de desarmar la batería, extraer los materiales y venderlos por separado priorizando las materias primas. “Es una cuestión bastante compleja que tiene que hacerse con inversiones en gran escala y no hay mucho volumen de baterías malas”, indica Alée.

El tercero es  dar de baja o enterrarlas bajo tierra y que se cree un cementerio de baterías teniendo en cuenta que hay un momento en que ya no se puede reciclar más.

Sin embargo, Jaime Alée insiste: “Todavía no llegamos a un momento en que estén dándose de baja muchas baterías, por lo menos faltan unos cinco años para eso”.

Esto genera un problema para todos los modelos de negocio de reciclaje de baterías hoy en día ya que no hay insumos porque no hay en número suficiente para desarrollar estos modelos.

“Cuando aparezca una cantidad de baterías más grande probablemente van a empezar a aparecer algunas industrias que se van a dedicar a eso y en ese momento es muy posible que quizás el negocio nuestro no va a ser reciclar las baterías sino que a lo mejor las va a venir a comprar el gran reciclador que está en China o Inglaterra, por ejemplo”, proyecta Alée.

Además, en el caso de la industria automotriz hay un problema de homogeneidad porque las baterías de litio son distintas en formato y química y, en general, las plantas de reciclaje usan modelos de trabajo sobre estándares.

Para cerrar, el especialista afirmó que hay bastantes proyectos, sobre todo en países que están usando más vehículos eléctricos, que están en etapa de piloto funcionando.

En lo que refiere a Latinoamérica, en Chile, el  “Centro de Aceleración Sostenible de Electromovilidad” (CASE) tiene entre uno de los temas a trabajar el análisis y desarrollo de pilotos de modelos de reciclaje y economía circular para las baterías de litio. Jaime Alée está a cargo de este proyecto, según indica “para empezar desde ya a trabajar en eso”.