Si bien el sector esperaba que para octubre de 2021 se publique la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica (ENME) tal y como se había anunciado en más de una ocasión, el lanzamiento no llegó según lo planteado. 

Se trata de una política nacional que mantiene expectantes a distintos actores del sector, que asegura que sin esta la electromovilidad no dará el paso que hace falta en sus diversas aristas. 

“En México lo que hace falta es una política nacional que englobe, por ejemplo, cómo se van a orientar las inversiones con acciones específicas, qué tarea debe tomar cada actor o qué incentivos fiscales deberían existir para facilitar y democratizar la movilidad limpia”, afirma Mónica Samudio, directora general de Circutor, a Portal Movilidad en ese sentido. 

Por su parte, Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), aseguró que hay cuatro elementos indispensables que se deben atender para lograr la transición hacia la movilidad eléctrica: el marco jurídico, la infraestructura, incentivos y educación al consumidor. 

Se supone que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha desarrollado este último tiempo la ENME, cuyo objetivo principal es la reducción de entre 3.5 y 5 millones de toneladas de CO2 e impulsar el programa de Alianza de Ciudades para la Red de Movilidad Eléctrica.

“Estamos buscando una Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica que dé orden y un planteamiento estratégico sobre hacia dónde tenemos que ir vinculados a la política pública nacional, a la Ley General de Cambio Climático y a nuestra Constitución”, señalaba Marco Antonio Heredia Fragoso, director general de Políticas para el Cambio Climático en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el septiembre pasado. 

Y agregaba: “Necesitamos abordar esto de una manera ordenada para tener claridad hacia dónde vamos buscando trabajar esto de manera apropiada con grupos de trabajo que aborden regulación, normas, estándar,  tecnología, proyectos demostrativos, financiamiento, desarrollo de modelos de negocios y comunicación”, advierte Heredia.

La medida urge para ordenar e incentivar un crecimiento que de a poco avanza en el país, siguiendo la dirección del resto de la región. 

De hecho, ya muchos ven lejana la posibilidad de que México se acerque a las metas planteadas de ventas de vehículos cero emisiones para 2040, en los escenarios de electromovilidad que planteó para 2035. 

En el escenario de planeación se espera que en el país haya 4.02 millones de vehículos eléctricos, esto representaría 29.5% de las unidades automotoras que se estima se comercialicen en 2035.

Estos más de 4 millones de vehículos se desagregarían de la siguiente manera: 57.1% eléctricos (VE), 21.2% híbridos enchufables (VHE), 10.2% híbridos; 10.1% eléctricos de carga ligeros, 0.8% autobuses eléctricos, 0.01% de camiones carga pesada y 0.04% autobuses eléctricos foráneos.

Mientras que en un escenario donde se contempla un mayor impulso de electromovilidad se calcula sean 5.7 millones de vehículos eléctricos y en el más bajo se alcanzarían los 2.7 millones.