En la actualidad, la instalación de infraestructura de carga tanto en la vía pública como privada es uno de los mayores retos con los que se encuentra la movilidad eléctrica en Latinoamérica, dada la complejidad e inversión que conlleva. Es por esto que, según expertos, una gran parte de responsabilidad para llevarla adelante recae en manos del Estado. 

“Son necesarios incentivos que provengan desde el órgano público en distintas modalidades como subsidios o beneficios tributarios y penetrar con nueva tecnología para vencer la barrera de instalación de infraestructura de carga”, señala Felipe Donoso Vergara, CEO de Enérgica City, durante el especial Movilidad Eléctrica en México organizado por Portal Movilidad.

En ese sentido, aclara que esto aplica en el ámbito público como en lo que refiere a la carga residencial o de los parques de estacionamiento. 

“Una instalación de vía pública implica hacer un proyecto desde cero, desde algo que no existe. Hay que medir la potencia, hay que diseñar el proyecto e instalar los cargadores”, explica Donoso.

Luego continúa: “Asimismo, en el caso de la infraestructura existente como un edificio de oficina o un estacionamiento ya existente no es tan fácil instalar infraestructura de carga debido a que hay que intervenir algo que ya está cien por cien operativo”.

Hoy muchos países contemplan el regular la recarga de vehículos eléctricos en los inmuebles, tema que también es muy importante para el CEO de Enérgica City, como Chile que en abril de este año entró en vigencia su Pliego Técnico Normativo RIC nº 15 bajo la denominación “Infraestructura para la recarga de vehículos eléctricos”.

Allí se establecieron los requisitos de seguridad que deberán cumplir las instalaciones de consumo de energía eléctrica destinadas a la recarga de vehículos eléctricos. 

A su vez, determina una obligación para los edificios o conjuntos habitacionales, los cuales deben contemplar que la nueva instalación eléctrica debe suministrar energía al 30% de los estacionamientos individuales, atendiendo que estos utilicen un cargador de 7 kW por estacionamiento.

No obstante, aún resta dar un paso más: estimular al privado a instalar esta tecnología en sus propiedades, dado que además de no ser esta una tarea sencilla la escasez de popularidad de la electromovilidad no ayuda. 

“Como no hay suficiente demanda de vehículos eléctricos la verdad es que no hay motivación para hacer algo. Ese incentivo debe venir desde el órgano público para vencer la barrera de infraestructura, sea de carga pública como privada”, concluye Donoso.

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