El SACE, Servicio de Ayuda al Control del Estacionamiento, contará con una flota completamente renovada y 100% eléctrica, ocho vehículos que, a partir de mes de marzo, velarán por la fluidez y la prioridad del transporte público en superficie en las vías reservadas en la ciudad de Madrid.

Además, con el objetivo de mejorar su reconocimiento como vehículos de vigilancia y reforzando su función disuasoria, estos vehículos han estrenado una nueva imagen.

Desde hace 20 años, la misión del SACE es la vigilancia de los carriles bus reservados para el transporte público.

Este servicio es fundamental para garantizar la frecuencia, regularidad y velocidad comercial de los autobuses madrileños.

Para ello, los vehículos asignados al SACE están equipados con cámaras fotográficas que captan las matrículas de los automóviles que circulan o estacionan en estas vías.

Además, para una mayor coordinación y eficacia, el Centro de Control de EMT cuenta con un protocolo de comunicación con el SACE que facilita la intervención de estos vehículos de control en las incidencias detectadas en el servicio de autobús.

La ocupación indebida de las vías reservadas para el transporte público es considerada una infracción; si se para o estaciona la sanción está tipificada como grave y conlleva una multa de 200 euros y si se circula indebidamente implica una sanción leve de 90 euros.

Un total de 190 kilómetros de carril bus

Madrid cuenta con más de 190 kilómetros de carril bus, es decir, vías reservadas en exclusiva para el transporte público en superficie.

El Ayuntamiento de Madrid aumentó, en 2020 y como medida especial de refuerzo al transporte público en la pandemia, un 30% la red existente.

A su vez, mantiene una decidida apuesta por el transporte público como principal herramienta para lograr una movilidad sostenible en la ciudad.

En consonancia con los objetivos de la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360, el consistorio prevé seguir aumentando la red de carriles bus reservado exclusivamente al transporte público.