España | Infraestructura de Carga
lunes 26 de julio de 2021
Empresa española desarrolla carga inalámbrica para autos eléctricos ¿alternativa viable?
Premo Group, de Andalucía, trabaja en bobinas de punta para una carga inalámbrica fiable y eficiente.
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Entre los avances en materia de carga para vehículos eléctricos, la tecnología que promete revolucionar el sector es la de tipo inalámbrica. Esta haría que el transporte dependa menos de infraestructuras fijas e, incluso, a futuro podría derivar en la esperada carga en movimiento.

En ese sentido, la empresa española Premo lleva adelante entre sus trabajos la fabricación de componentes magnéticos que son utilizados por la industria de la movilidad eléctrica. Y uno de esos usos es precisamente en este tipo de recarga.

“Desarrollamos una bobina que va a una frecuencia de unos 85 kilohercios: debajo del vehículo hay una que se enfrenta a otra en la infraestructura en el suelo, de manera que se transfiere la energía de modo inalámbrico”, explica Antonio Rojas, Marketing & Ecosystem Manager de Premo, a Portal Movilidad.

La tecnología de transferencia inalámbrica (WPT) es aquella que no requiere contacto físico entre un vehículo y la estación de carga. El reto es lograr que este tipo de soluciones sea una alternativa viable, manteniendo niveles similares de poder y eficiencia a las de la actualidad.

De lograrse su implantación masiva, la recarga WPT no solo ofrece la ventaja de menor dependencia física en infraestructuras sino que si se pudiera masificar la carga en movimiento, esto derivaría en baterías más reducidas para los vehículos –lo que disminuiría costes– y facilitaría el recorrido de distancias más largas.

Para el desarrollo de sus bobinas, Premo sigue los estándares de la industria, aunque con una innovación agregada y patentada: un núcleo magnético flexible e irrompible, el cual “aporta más fiabilidad sin comprometer la eficiencia”, describe Rojas sobre el modelo WC-RX.

Se trata del resultado de tres años de investigación y promete superar los límites de la tecnología usada hasta la fecha en este campo, con mejores indicadores de rendimiento (eficiencia por encima de 95%). Los núcleos flexibles, a su vez, reducen las zonas de calentamiento.

Actualmente, su principal aplicación son vehículos ligeros, hasta 11kW. Camiones y autobuses eléctricos exigen un salto de potencia más grande, entre 50 a 100kW.

“Todavía no hay un estándar específico para ellos pero se está desarrollando a fin de ir aumentando gradualmente las potencias: se comenzó en 3, pasó a 7 y 11, después vendrán 22kW y a futuro veremos esos 50 y 100kW”, asegura el experto.

Cómo avanza la implantación de la carga inalámbrica

A fin de que esta tecnología siga desplegándose, se debe tener en cuenta que el sistema actualmente implica grandes costes, además de exigir la infraestructura en el suelo de la vía pública y que el propio vehículo sea compatible con esta opción de carga inalámbrica.

Asimismo, en sus comienzos esta modalidad estuvo pensada para el vehículo autónomo y no el de conducción humana, a fin de evitar la necesidad de enchufarlo y que, automáticamente, se alineara para su propia carga. Por lo pronto, su aplicación masiva puede que deba esperar.

Sin embargo, un campo que también podría aprovechar las ventajas de este tipo de carga es el industrial, en particular en los almacenes.

“Si precisas cargar una carretilla elevadora debe estar parada, y eso hace que la carga inalámbrica y dinámica sean necesarias: puedes aplicarlas para que se recargue el vehículo al moverse por un carril determinado al interior del almacén”, grafica Rojas.

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