Según un estudio realizado por la EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey y VEMO, de electrificar el sistema de transporte público a nivel nacional se evitaría la emisión de 40,5 toneladas de dióxido de carbono.

¿Cómo se arriba a esta cifra de emisiones?

Se calcula que las emisiones producidas por un litro de diésel en México es de 0.0028 toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2e).

Bajo el supuesto de reemplazar la flota de buses por unidades eléctricas, la mitigación sería de 71tCO2e por cada 100km recorridos.

Esta reducción de impacto resulta de comparar los 123 tCO2e/100km que producen los vehículos a combustión y los 52 tCO2e/100km que produciría la carga de los vehículos en la matriz energética actual.

Comparación de emisiones de CO2 entre un bus eléctrico y uno a combustión.

A partir de ello, se detecta una reducción del 58% en materia de emisión de estos gases de efecto invernadero.

En el caso de los vehículos ligeros, el estudio marca que se trata de un 66% de reducción.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), el transporte público recorrió durante el 2022 un total de 57 millones de kilómetros.

Teniendo en cuenta la distancia ejecutada y el cálculo de emisión cada 100 km, se determina que el ahorro sería de 40,5 mil toneladas del gas.

Según el estudio, esto equivale a lo absorbido por 1,9 millones de árboles a lo largo de un año.

A su vez, se estima que también se ahorrarían 364 toneladas de contaminantes tóxicos, donde las emisiones más significativas serían de contaminantes de tipo NOx.

“La electrificación del transporte público puede ser la pieza clave para la evolución de la industria de los autos eléctricos”, indica el estudio.

Y suma: “A medida que la penetración de energías renovables aumente, se acentuará el impacto positivo en reducción de GEI en la movilidad eléctrica”.

¿Cuántos buses eléctricos hay en México?

Según E-Bus Radar, actualmente existen 623 unidades de transporte colectivo propulsadas por energía eléctrica.

De ellas, 525 son trolebuses y 98 buses a batería. La mayoría se ubican en la Ciudad de México.

Allí, el Estado busca incorporar 50 buses eléctricos más a la red de Metrobús. Por otra parte, para la electrificación del transporte público, buscan finalizar con el sistema hombre-camión.

Esta orientación se basa en que los pequeños empresarios no tienen capacidad financiera ni operativa para adquirir un bus eléctrico debido a su alto costo inicial.

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Otro proyecto vinculado a la electrificación del transporte tiene lugar en Monterrey, Nuevo León.

Allí, el Sistema de Transporte Colectivo apunta a contar con 110 buses eléctricos a batería circulando por la ciudad. Hasta el momento, ya se han licitado 78 unidades: 12 en un primer momento y 66 en la última licitación.

Se trata de la ruta Talleres, por la que circularán 45 vehículos, y la ruta Exposición, con 21 unidades.

¿México podría producir buses eléctricos?

Un estudio publicado por la CEPAL estima que México, junto con Brasil, es uno de los países con mayor capacidad para la producción de buses eléctricos en la región.

Allí, se analiza que los tres principales productos utilizados en la producción de buses de estas tecnologías son las baterías de litio, las carrocerías y los ejes motrices.

En ese sentido, en la región destaca Brasil como un importante proveedor de carrocerías, al igual que México en el segmento de ejes para uso automotriz.

En relación a los principales productos semielaborados que se utilizan (cables de cobre, las estructuras de hierro y acero y el vidrio templado), también México se destaca como proveedor relevante.

Desde la CEPAL, se explica la potencialidad de este país para la fabricación de buses eléctricos a partir de la demanda de los insumos que produce.

Sin embargo, el documento también indica que la mayor parte de las importaciones de insumos intermedios de los países ensambladores y productores (entre ellos México) se destina a la producción de buses a combustión.