México es el único miembro del Grupo de los Veinte (G20) que aún no ha anunciado ningún tipo de compromiso para alcanzar emisiones netas cero en 2050, advirtió Ani Dasgupta, presidente y director ejecutivo del World Resources Institute (WRI). 

No obstante, en lo que respecta al transporte cabe destacar que el país tiene un compromiso con deadlines un poco más ambiciosas, incluso casi inalcanzables según el Programa para el Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen).

En noviembre, durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), México se suscribió al Acuerdo de Glasgow sobre Emisión Cero de Vehículos junto a otros países latinoamericanos como Chile, Uruguay, República Dominicana y Paraguay. 

En ese sentido, si bien la nación todavía no se pronunció para 2050 y muchos actores se encuentran a la espera, México sí se comprometió a avanzar en la descarbonización de la movilidad terrestre. Metas que, cabe aclarar, llegan hasta 2040 y están únicamente vinculadas a la venta de vehículos eléctricos nuevos, en vez de los de combustión. 

Esta no será tarea menor. En México, el autotransporte con consumo de diésel y gasolina genera 64,434.76 y 88,456.25 Gigagramos de dióxido de carbono (Gg de CO2) respectivamente, es decir, 23% de las emisiones de este contaminante en territorio nacional. 

Lamentablemente, los números no son demasiado alentadores para pensar en contrarrestar esta situación en los próximos años.

Según el Prodesen, publicado por la Secretaría de Energía, el segmento de la electromovilidad tiene tres escenarios para 2035. 

En el primer caso, se contempla la incorporación de 2.7 millones de vehículos eléctricos, número que engloba a los ligeros, de carga y autobuses tanto híbridos, híbridos enchufables y 100% eléctricos.

El segundo prevé la integración de alrededor de 4.02 millones de unidades, lo que significaría el 29.5% de los vehículos automotores que se estima se comercializarán en 2035; mientras que en el último marco, el número asciende a 5.7 millones de eléctricos.

En el peor de los escenarios planteados, según estos datos, se incrementará 38 veces el número vigente que transita en las calles mexicanas. En el de planeación (escenario dos), más de 56 veces y en el tercero más de 80.

¿Es la electrificación del transporte el único camino a la descarbonización?

Desde el WRI afirman que la electrificación en sí misma no será suficiente para alcanzar las metas climáticas, y la única manera de alcanzarlas es si se implementan políticas para aumentar la capacidad del transporte público y para que se realicen más viajes caminando o en bicicleta, a la par de la electrificación.

Hoy el sector transporte representa casi una cuarta parte (24%) de las emisiones directas de CO2 y el 16.9% de las emisiones globales de GEI. 

Para limitar el calentamiento a 1.5 grados celsius, se necesita una reducción del 90% en las emisiones de CO2 del sector transporte para 2050.

En ese sentido, será clave para México establecer objetivos claros a ese año, incluyendo al sector del transporte, no solo pensando en ventas de vehículos eléctricos sino también desde una perspectiva más amplia de movilidad sostenible.