El innegable crecimiento de la movilidad eléctrica en la región permite importantes oportunidades de inversión y empleo. Sin embargo, pese a que las puertas están abiertas, ese liderazgo que está logrando imponer Latinoamérica a nivel mundial, especialmente en transporte público, aún no está tan consolidado en la cadena productiva.

En ese sentido, Jone Orbea, coordinadora de la iniciativa MOVE, destaca: “Tenemos todos los elementos necesarios y la demanda. Poseemos tres países productivos muy importantes a nivel automotriz; materias primas, tanto cobre como litio; procesos de innovación importantes; y una gran cantidad de vehículos de transporte público y privado”.

“Además, tenemos una necesidad porque la industria automotriz está cambiando. En un futuro no muy lejano, los bienes que estamos desarrollando van a dejar de servir. No nos podemos quedar fuera”, agrega, durante el Especial Movilidad Eléctrica en Latinoamérica y el Caribe organizado por Portal Movilidad. 

Este cambio, explica, va a tener un impacto directo en la generación de empleo, para el cual comenzará a solicitarse otro tipo de demanda. 

“Si el sector va a dejar de funcionar tal y como lo hace ahora necesitamos adelantar y liderar el cambio desde adentro, y no esperar a que nos vengan a imponer desde afuera”, advierte. 

Por su parte, Andrés Barentín, presidente de la Asociación Latinoamericana de Movilidad Sostenible (ALAMOS), concuerda: “Ojalá en Latinoamérica concienticemos de que, en realidad, si estamos construyendo un producto local, estamos agregándonos valor con algo que sabemos hacer mejor que el resto”. 

Y añade: “Hoy respecto a flotas de buses eléctricos Latinoamérica sabe más que el resto del mundo. Deberíamos ponernos en valor. Hoy en el continente se habla de miles de buses eléctricos, mientras que en Europa de cientos”. 

Y no solamente se trata de imponerse a nivel mundial en la fabricación de vehículos eléctricos, sino que también de proveer de servicios, considerando la expertis de la región, y la innovación tecnológica en temas como el retrofit. 

“En Latinoamérica ha ido apareciendo un ecosistema rico respecto a soluciones para flotas de vehículos eléctricos, recarga, sistemas de gestión, además de la producción de vehículos y el retrofit”, indica. 

De hecho, sobre este último punto aclara: “Hay que poner en perspectiva que el retrofit, por un lado, es una necesidad si hablamos de economía circular. Además, ha sido el punto de partida de muchos fabricantes de vehículos eléctricos hoy”. 

Luego, da su punto de vista: “Veo al retrofit en maquinaria industrial, pesada, y ojalá haya conversiones en camiones de minería porque finalmente lo que se utiliza en Latinoamérica no es igual a lo que se utiliza en otras partes del mundo. Las realidades, los costos y las operaciones son distintas”. 

Y cierra: “Creo que tenemos entre manos una oportunidad importante. Tenemos que entender que si buscamos desde el punto de vista de flotas una solución de buena calidad y con experiencia tenemos que mirarnos a nosotros mismos”.