El viernes pasado, el presidente Manuel López Obrador participó en el Foro de las Principales Economías sobre Energía y Clima, donde presentó una serie de acciones para combatir el cambio climático.

Entre los compromisos destacados, México sumó un nuevo objetivo: producir el 50% de vehículos de cero emisiones contaminantes a 2030. 

Además, el mandatario reiteró que el país producirá al menos el 35% de toda la energía que consume a partir de fuentes limpias y renovables hacia 2024. 

En concordancia con el planteamiento de López Obrador, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) anunció su postura y planteó una serie de iniciativas. 

“La AMIA celebra la intención y propone respetuosamente se instale una mesa de trabajo con el Gobierno federal a efecto de conocer y contribuir a la definición de la política pública que se requiere implementar”, señala el comunicado. 

Y agrega: “Asimismo, consideramos de la mayor relevancia desarrollar una política pública integral, coordinada transversalmente en la Administración Pública Federal, para el desarrollo de la electromovilidad en el país”. 

En ese sentido, afirma que es necesario el otorgamiento de incentivos a las empresas para producir vehículos híbridos, híbridos enchufables, eléctricos y de celda de hidrógeno. 

En la actualidad, los más importantes se reflejan, en especial, en la Ley del Impuesto sobre la Renta.

Según el artículo 35, los aranceles de los transportes eléctricos son deducibles un 10%. 

Si son vehículos cuya propulsión es a través de baterías recargables o automóviles eléctricos, que además cuenten con motor de combustión interna o accionado por hidrógeno, la deducibilidad llega hasta 250 mil pesos. 

Por otro lado, la Ley de Ingresos de la Federación incluye estímulos fiscales como la exención del pago del impuesto sobre automóviles nuevos (ISAN) cuando se trata de unidades eléctricas o accionadas por hidrógeno. 

También, los modelos de vehículos que tienen sistema híbrido o eléctricos no pagan verificación vehicular ni tenencia.

A su vez, AMIA solicita estímulos para promover la adquisición de estos vehículos, el desarrollo de infraestructura de recarga y la creación de un marco legal y normativo adecuado. 

Para esto, la asociación propuso al Gobierno federal firmar un acuerdo de colaboración, incluyendo en su caso a las demás organizaciones del sector automotriz.

Se trata de un accionar “imperativo” para que las empresas fabricantes, armadoras y comercializadoras en México transiten “más ágilmente” hacia la electrificación de su flota. 

Si bien es una de las industrias automotrices más importantes del mundo, en 2021, la nación produjo 58,292 vehículos eléctricos e híbridos. Esto significa apenas el 2% de la fabricación total de vehículos ligeros (3,028,481 unidades) en ese mismo lapso. 

Respecto al mercado interno, el año pasado se comercializaron 47,079 vehículos de este tipo, un 4.6% de las ventas totales de vehículos ligeros en el país.