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miércoles 30 de junio de 2021
 El ABC del ciclista: guía para hacer rendir la bicicleta al máximo
Cuidar la bicicleta y saber prevenir posibles inconvenientes no solo permiten mejorar la performance del vehículo sino que también ayuda a ahorrarle dinero al usuario. En el siguiente artículo, las claves.
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Con la pandemia de coronavirus, la bicicleta se ha convertido en el medio de transporte estrella. De hecho, según un informe de Google, los ciclistas están eligiendo recorridos más extensos y, en todo el mundo, los trayectos son, en promedio, casi un 10% más largos que en 2020.

Ante esta realidad, muchos comenzaron a buscar palabras autorizadas de expertos para sacarle el máximo provecho a su bici sin estar obligados a gastar demasiado dinero. Es por esto que especialistas como Héctor Moch, curador mecánico de bicicletas para proyectos de la asociación civil Bicitekas, imparten talleres para que más personas sepan realizar un tratamiento preventivo constante. 

Para esto, Moch dicta su curso ABC, donde cada letra equivale a una parte vital de la bici: A para las que llevan aire, como las llantas; B para los frenos (brakes, en inglés) y C, las cadenas y la transmisión. 

Los problemas más comunes de las llantas y cómo prevenirlos

“La principal falla es el pinchazo”, señala Moch. En este sentido, para anticiparse se deben hacer dos cosas: aprender a hacer una revisión visual del estado físico de las llantas y llevar una correcta presión. Una presión baja puede hacer que los pinchazos sean más constantes y graves.

Hay aditamentos de los cuales se puede hacer uso, según el experto, como buscar coberturas con protecciones anti pinchazos; comprar cintas, las cuales van en el interior de la llanta y la cámara; o sellarlas, cuando se trata de pequeños agujeros. En este último caso, cada llanta lleva aproximadamente 60 mililitros de líquido y cuesta unos cinco dólares. 

Los problemas más comunes de los frenos y cómo prevenirlos

En este caso, Moch señala: “Lo principal es revisar el estado de la pista de frenado”.  Generalmente trae unas pequeñas rayitas para mejorar el frenado. Estas no deben estar demasiado lisas, pero sí tienen que estar limpias, lo cual puede hacerse tan solo con desengrasante de vajilla.

A su vez, tienen que estar en buen estado las zapatas y que las gomas que frenan no estén gastadas. 

Los problemas más comunes de las cadenas y cómo prevenirlos

En este caso, se hace referencia a todo el sistema de transmisión, las cadenas, los piñones, el desviador, el cambio y las manetas. “La cadena es la parte más importante en términos de movilidad porque es nuestro eslabón entre la fuerza que propiciamos con nuestro cuerpo hacia la rueda”, afirma el mecánico. 

Con una herramienta se debe medir la elongación de la misma, dado que la cadena con el uso, aunque es de metal, se va estirando con el paso del tiempo. Normalmente una cadena puede durar unos 2 mil o 3 mil km, pero con un buen cuidado Moch asegura que ha visto llegar a durar algunas 20 mil km. 

El estiramiento es tan pequeño que cuando se estira al 1% de su tamaño original es momento de cambiarla, hay otras más finas que requieren un cambio cuando tienen apenas 3/4 partes del 1% de estiramiento. 

¿Qué pasa si no lo cambio? La bici funciona pero no es lo ideal, e incrementa las posibilidades de que se generen fallas: la cadena es más ruidosa, se pueden salir de los platos, los cambios empiezan a fallar y se produce un desgaste en los piñones. Llega un momento donde se tendrá que cambiar toda la parte trasera de la bici y los platos. 

El mantenimiento de la cadena es muy simple: agua y jabón en las partes internas y lubricación. 

Finalmente, Moch da un último consejo personal: «Mi recomendación es llevar la bici con el mecánico de confianza, que hagan un servicio completo (desarmar la bici, limpiarla, engrasar lo que se deba, rearmarla y revisar ajustes de toda la tornillería) al menos una vez al año para tener nuestro vehículo en las mejores condiciones».

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