El Programa para Medio Ambiente de Naciones Unidas (PNUMA), a través de su plataforma MOVE, trabaja desde febrero en dos grandes proyectos en México que consisten en la implementación de Sistemas Integrados de Transporte concesionados desde distintos enfoques: uno es en Mérida y el otro en Zacatecas.

“Estas ciudades las eligieron por sus estudios coyunturales que ya tienen avanzados en gran medida y por la posibilidad de hacerlos replicables en diferentes lugares”, señala Carlos Mir Cárdenas, coordinador de Proyectos de movilidad eléctrica en PNUMA, en el webinar «Ciudades inteligentes» organizado por la Alianza Nacional de Seguridad Vial y Aleatica. 

En el caso de Zacatecas, existe una población de 361.347 habitantes y se cuenta con un sistema tronco alimentado por una troncal con dos rutas, 32 rutas alimentadoras y 210 buses (van, minibús y padrón). Por otro lado, Mérida posee 921.771 habitantes, 154 rutas y 154 buses. 

Para ambas ciudades se analizó un abanico de posibilidades tecnológicas. Por el momento, el tema de los buses eléctricos fue prioridad y, en consecuencia, se estudiaron dos vertientes: aquellos de alimentación continua, como el trolebús, o aquellos de almacenamiento interno con sus baterías. Este último fue finalmente el seleccionado por los especialistas para incorporar en ambas ciudades, junto a la carga lenta en los patios. 

Para los expertos en la materia, los beneficios de sumar flotas de buses que tengan estas características de carga se adecúan más a las necesidades de ambas ciudades. 

Entre las facilidades que hallaron destacan la flexibilidad para operar en otras rutas y servicios, las baterías de gran almacenamiento, la autonomía de 250 a 300 kilómetros gracias a las cargas nocturnas e intermedias, el menor costo en infraestructura eléctrica y tarifas eléctricas menores por la recarga nocturna. 

A su vez, para ambas ciudades se realiza un estudio de prefactibilidad técnico, ambiental, legal, económico y financiero. Luego de superar las etapas de lanzamiento y planeación; de análisis técnico y operativo, tecnológico de vehículos y baterías, de la red eléctrica, y financiero; y de modelo de negocio y gobernanza; hoy se realiza una metodología de cálculo de emisiones y un estudio de factibilidad socioeconómica.

En el primero, se busca definir, identificar y cuantificar las emisiones; mientras que en el segundo se realiza una identificación de apartados, se llevan adelante procesos de adaptación e inclusión y se apunta a conocer indicadores de rentabilidad social. El próximo paso está pensado para octubre, cuando se analice la factibilidad legal y normativa. 

PNUMA en México

México se propuso reducir el 22% de sus emisiones de gases de efecto invernadero al año 2030 de manera no condicionada, y de manera condicionada podría llegar a 36%. Para ello, PNUMA-MOVE apoya en la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica y otros proyectos de transporte en ciudades.