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viernes 10 de febrero de 2023
Crisis de microchips para vehículos eléctricos «en reversa»: Hay recuperación antes de lo esperado
Los retrasos son menores a lo previsto y la demanda vuelve a responder a la oferta lentamente. Las demoras serían solo de cinco meses, en comparación a los doce de hace poco tiempo.
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¿La luz al final del túnel? Así lo parece, la crisis de microchips está comenzando a resolverse. Igualmente, cabe aclarar que esto sólo concierne a los vehículos eléctricos.

Hasta hace unos meses, más en claro a principios del 2022, las empresas fabricantes de semiconductores tenían retrasos para entregas de entre 10 y 12 meses. Hoy, eso cambió a solo cinco meses, por lo que la recuperación parece anticiparse.

¿Por qué sucede esto? En primer lugar, porque estaba prevista para el 2024 la recuperación, según afirmaba Carlos Pardo, CEO de KDPOF en julio del año pasado. 

Portal Movilidad España volvió a conversar con Pardo, le comentó sobre la actual situación y dio las razones: “Hay dos fenómenos: la demanda de coches eléctricos no es tan grande y las fábricas de semiconductores están recuperando la normalidad”.

En principio, lo mencionado por el el CEO de KDPOF tiene que ver con la baja en la demanda de coches eléctricos, según él mismo relata, que es de entre un 30 y 40% menos de la normal. Lo que hace que el pedido de vehículos de esta tecnología sea menor a la pensada.

“Luego vemos que las fábricas de semiconductores están recuperando la normalidad, no al 100%”, explica Prado.

A finales de 2021 y principios de 2022, los tiempos de fabricación oscilaban los 12 meses, mientras que normalmente es de cuatro. Ahora mismo, están en torno a los cinco. El CEO admite que todavía es un poco alto y sigue siendo por encima de lo habitual, pero es una situación favorable en comparación a la de hace meses.

La crisis de desabastecimiento tuvo razón por tres factores que confluyeron desde principios de la pandemia.

Primeramente fue motivada porque la mitad de los medios productivos mundiales frenaron su producción por la crisis sanitaria. Pero, por otro lado, la demanda de dispositivos electrónicos se disparó.

“Todo el mundo tenía que conectarse desde casa, entonces la demanda de tabletas, ordenadores y teléfonos tuvo un crecimiento exponencial”, afirma Pardo.

Un segundo factor fue la industria de la automoción que, cuando las cuarentenas comenzaron, su producción se redujo enormemente y así también la demanda. La gente dejó de comprar coches.

Allí se produjo un desajuste en el suministro mundial porque la demanda de microchips estaba abocada a la producción de otros elementos y no el automóvil.

“Cuando el sector de la automoción despertó, empezó a querer producir y no existía la capacidad para sustentar esa demanda que fue superada por la oferta”, explica el CEO de KDPOF.

Un coche convencional necesita de hasta 10 tipos diferentes de microchips que van de los 65 nanómetros a los 85, en lo convencional. En otros casos, puede haber de 180 y 190 o de 16. 

El tercer factor se vincula con lo ocurrido el año pasado, cuando la oferta era inexistente y las compañías fabricantes de vehículos o electrónica comenzaron a abastecerse de manera abrupta. 

Por esto el stock de microchips estaba casi acabado para finales de 2021 e hizo comenzar 2022 con grandes retrasos en la producción.

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