Juan Bueno, asesor estratégico de movilidad y Smart Cities en CITIES FORUM, ha destacado que el avance del consumo de la movilidad eléctrica y la micromovilidad ha comenzado a imponer una serie de nuevas necesidades y desafíos.

Principalmente destacó la necesidad de un ordenamiento de la ciudad y el posicionamiento del usuario en el centro del mercado. En este sentido, reflexiona acerca de cómo con paso del tiempo se comenzarán a terminar algunas tendencias tales como el free floating.

Este sistema consta de bicicletas distribuidas por una parte de la ciudad o por toda ella, las cuales están equipadas con GPS y pueden localizarse por medio de una App móvil, por la cual también podrán desbloquearse para su uso.

Comenzó a desplegarse con fuerza en 2016 en China de la mano de O-bike, Mo-bike, Ofo, Bluegogo, GooBee-Bike, i-bike, Yo-bike, Ohbike, Moby, Limebikes, las primeras en dar pasos estratégicos. 

Pese a que este tipo de movilidad ya es parte del orden común de las ciudades españolas, va camino a terminarse.

“A la ciudad no le gusta ese desordenamiento de patines y bicicletas, por lo cual se cree que se buscará crear estaciones para estas unidades tales cómo ya vimos con las bicicletas”, previó el asesor de CITIES FORUM.

Por otra parte, el ejecutivo aseguró que van en camino “a una movilidad compartida multimodal que permita elegir entre diferentes tipos de vehículos, pero siempre en una estación”.

La ampliación del mercado

En los últimos años, a causa de las restricciones a las emisiones de carbono y la toma de conciencia, se ha impulsado enormemente el uso de opciones de micro movilidad sostenible tales cómo bicicletas, bicicletas eléctricas y monopatines.

Tan solo durante la pandemia, más de un millón de españoles han incorporado el uso de medios de transporte sostenibles. Particularmente, la bicicleta ha ganado 700.000 usuarios, mientras que el patinete ha añadido 370.000, según un estudio de la Red de Ciudades por la Bicicleta. 

“Cada vez hay más patinetes, más bicicletas y menos coches”, precisó Juan Bueno.

Estas opciones llegan de la mano de la facilidad a la hora de aparcar, el tiempo que permite ganas para desplazarse de un lugar a otro y la reducción de la contaminación que se consigue a la hora de optar por estos tipos de transporte.

Hace algunos años cuando comenzaron a implementarse estos formatos de la mano de la instalación de estaciones de bicicletas eléctricas recibieron numerosas críticas.

Según Juan Bueno “todo el mundo creía que se las iban a robar, que España era un país de coches, pero ahora se ha demostrado lo contrario”.

Este cambio ha también permitido que desde las empresas se comience a proponer un redireccionamiento en la mirada del mercado.

“Es el momento de poner al usuario en el centro de la movilidad y permitirle elegir la que más le guste, tal como sucede con Netflix, pagando una cuota de suscripción y permitiendo moverte de la manera que quieras, cuando quieras”, destacó.