Moveletur, como se llama este proyecto de movilidad eléctrica, permite penetrar en el corazón de 7 parques naturales protegidos de la Península Ibérica en un viaje lúdico con cero emisiones de Co2.

A lo largo de su recorrido se extienden distintas rutas. Expertos medioambientales como Julia Sendín García, explican a los viajeros cuáles son los principales puntos de interés turístico y ecológico de la zona. De entre todos, uno se lleva la palma:

«La parte que más demanda todo el mundo es llegar al cañón. El río es la zona ZEPA, zona de Especial Protección para las Aves. En cuanto a buitres, tenemos el buitre negro que llega a medir tres metros de ala a ala. El buitre leonado, que mide dos metros de envergadura y el alimoche, que, como os digo, es el símbolo del parque natural, mide un metro y medio», comenta Julia Sendín.

El proyecto propone distintas rutas con distintos niveles de dificultad para conocer los parques naturales.

Moveletur promueve el turismo sostenible con una flota de un centenar de vehículos: 81 bicicletas, 3 triciclos, 4 coches, 8 pequeñas motocicletas y 3 tuk tuks o motocarros. Todos alimentados con energía eléctrica.

​El presupuesto total del proyecto no llega al millón de euros (908.829 euros), el 75% de los cuales están financiados por la Política de Cohesión Europea.

​Para recorrer una de las rutas propuestas, basta con hacer una reserva en el sitio web de Moveletur y retirar el vehículo con el que se desee hacer el recorrido. Este es otro modo de conocer espacios protegidos y, a menudo, desconocidos del gran público. El silencio de los vehículos eléctricos favorece las sorpresas:

«Cuando paras con un coche eléctrico, los animales no salen corriendo, se quedan simplemente para que tú les observes y disfrutes de ellos, se quedan mirando… Cuando vas con un motor de combustión ese ruido los espanta, los aburre, los ahuyenta y salen corriendo, con lo cual no puedes disfrutar de la misma manera», argumenta Jesús Díez.

Uno de los principales desafíos, afirma Euronews, fue vertebrar tanto en España como en Portugal, una red de puntos de recarga de vehículos eléctricos que uniera los siete espacios protegidos. Utilización la aplicación del proyecto, Pedro y su familia han elegido un recorrido cultural con un tuk-tuk eléctrico en Bragança, Portugal.

«Hemos ido a conocer el castillo del siglo XIII y la parte histórica de la ciudad de Bragança. Gracias a las nuevas tecnologías y a través de la tableta conseguimos ver puntos de interés, las rutas y sabemos un poco más de la historia de la ciudad”, explica Pedro Parreiras.

Desde hace siglos, el río Duero ejerce de frontera natural entre España y Portugal en esta zona de la Península Ibérica. Gracias a este exitoso proyecto de movilidad eléctrica (ha sido aplaudido por la UNESCO), se ha convertido en un lazo verde de unión hispano-lusa.