La Fundación Costa Rica – Estados Unidos para la Cooperación (CRUSA) anunció la puesta en marcha del proyecto “Acelerando la transición al transporte público eléctrico en el Gran Área Metropolitana (GAM)”.

En consecuencia, la fundación pondrá en funcionamiento el plan piloto para transformar la flota de taxis que brindan servicio en el Aeropuerto Juan Santamaría. Al principio serán seis unidades.

“En el último trimestre del 2022, seguramente en diciembre, trabajaremos en un proyecto de transporte eléctrico con baterías en taxis del Aeropuerto”, declara Juan Guillermo Murillo Chinchilla, director de Programas y Proyectos en Fundación CRUSA, en diálogo con Portal Movilidad.

Juan Guillermo Murillo Chinchilla, director de Programas y Proyectos en Fundación CRUSA.

En la iniciativa liderada por CRUSA también intervienen el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), como agencia implementadora, y el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), como unidad de gestión del programa.

“Tenemos un grupo multinterinstitucional del que forman parte la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP), el Consejo de Transporte Público, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, e incluso el Ministerio de Salud, porque el proyecto tiene un componente sobre la sostenibilidad ambiental de largo plazo”, explica Murillo Chinchilla.

El plan tiene el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante el impulso de la movilidad sustentable en el transporte público.

Además, el director sostiene: “Busca generar viabilidad social y realizar demostraciones técnicas y tecnológicas para los conductores. Pero también tiene como fin extraer datos de la operación que ayuden a definir las políticas públicas necesarias para la introducción de este tipo de vehículos”.

Vale mencionar que la iniciativa forma parte de un programa global de electromovilidad del que participan 14 países de América Latina.

“Varios países están desarrollando proyectos demostrativos en la materia y, particularmente, CRUSA es la encargada de la implementación en Costa Rica”, indica.

¿Cuáles son los retos del proyecto?

“A diferencia de muchos países latinoamericanos que cuentan con empresas que ofrecen transporte público, en Costa Rica se otorga a los taxis una concesión que es unipersonal”, explica Murillo Chinchilla.

“Este es uno de los grandes desafíos que tenemos porque, cuando hay una economía de escala, una empresa que llega puede negociar entre 30 y 40 unidades. Entonces, es mucho más fácil para establecer modelos de negocios y sistemas financieros”, comenta el director.

En este sentido agrega: “En Costa Rica tenemos que tener mucha creatividad para analizar de qué manera establecer mecanismos financieros que beneficien a las personas individuales, quienes tienen las concesiones para operar el transporte de pasajeros”.