México | Buses
jueves 26 de agosto de 2021
Con más créditos blandos sería posible acceder a compras de buses eléctricos en México
La falta de formalidad del sector transportista convierte en un reto el acceso a créditos bancarios y, en consecuencia, la adopción de nuevas tecnologías. La respuesta de los expertos frente a la realidad mexicana.
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Ante la inversión inicial que implica un bus eléctrico y su infraestructura de carga, que la mayoría de las veces desalienta al transportista a optar por las nuevas tecnologías, expertos advierten que es necesario trabajar paralelamente en tres ejes para alcanzar la transición hacia las cero emisiones en el transporte público: institucionalidad, apoyo gubernamental y financiamiento. 

Según Gustavo Jiménez, CEO de E-Mobilitas, en el caso de los vehículos eléctricos hay varias fórmulas para adoptarlos, como el arrendamiento y el financiamiento blando. El primero es el que se da en Metrobús, por ejemplo, donde el privado arrienda el bus al transportista reduciéndole a este la inversión inicial. 

En cuanto a la segunda opción, si bien sería un gran respaldo financiero, aún no está desarrollada y desafortunadamente no existe ningún programa de financiamiento blando para vehículos eléctricos en el país. 

“Es algo que tenemos que seguir impulsando con las bancas comerciales y las de desarrollo nacionales para poder lograr créditos buenos porque típicamente cuando un transportista llega al banco termina consiguiendo tasas muy altas”, advierte Jiménez. 

Luego agrega: “Y las altas preferenciales, si no son sujetos de crédito y no están bien establecidos como empresa, les van a generar mucho riesgo, con tasas de entre 15 y 20% para las unidades. Tenemos que empezar a bajar esas tasas, ya sea con garantías del Estado, pero también con las bancas de desarrollo que están muy interesadas en fondear no solo al sector público sino también al privado”.

Sin esta posibilidad de crédito, es muy difícil que el transportista se incline por la electromovilidad, teniendo en cuenta que hoy un bus a diésel puede costar un 60% menos. Cabe destacar que en México gran parte de los transportistas son conocidos como “hombre-camión”, los cuales no tienen una empresa formal que respalde créditos. 

“Al no ser sujetos de créditos hay un bloqueo muy fuerte para que pueden renovar las unidades. Entonces, tenemos que impulsar la institucionalidad del transporte para que después se puedan dar bonos, mientras que haya apoyo de la ciudad o el Gobierno y después se pueda conseguir financiamiento. Es una ecuación tripartita: institucionalidad, apoyo gubernamental y buen financiamiento”, apunta Jimenez en el webinar «La electromovilidad en la Ciudad de México» organizado por la Asociacion Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM). 

Y cierra: “Con eso podemos lograr una transformación. Si no estamos avanzando en estos tres ejes de manera paralela va a ser muy difícil que se pueda llegar a una renovación masiva como lo requieren los 25 mil autobuses de la Ciudad de México”. 

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