En el marco del reciclado de baterías de vehículos eléctricos, Enku desarrolló un almacenador de energía para sistemas de respaldo, específicamente, para datacenter. El prototipo tiene una capacidad de 2 kWh, voltaje de 24V, un peso de 20 kg y sus medidas son 542x463x120 mm (Lxwxh).

“Con solo este prototipo se han reutilizado una decena de baterías de scooter eléctricos y estamos trabajando para que tengan una vida útil mayor a una batería de plomo-ácido”, asegura Rodrigo Venegas, encargado de Operaciones de Enku.

En este momento se encuentran realizando pruebas con un socio comercial en Santiago. En los planes a corto plazo, está culminar las pruebas con el prototipo 1.0 y comenzar pruebas con un prototipo 2.0 (ya en desarrollo), con el cual se busca disminuir los costos de producción e incrementar el voltaje.

“Pretendemos el año 2023 iniciar la comercialización del producto con las validaciones correspondientes”, confirma Venegas.

En el año y medio que lleva Enku, la masa crítica de baterías adquirida es de alrededor de un centenar. “A corto plazo nuestro foco es contar con un producto en venta y triplicar la masa crítica de baterías. Nos encontramos validando técnicamente el prototipo para ser implementado en sistemas de respaldo para datacenter”, sostiene Enzo Bruna, encargado de Tecnología.

Y agrega: “En el mediano plazo buscamos incrementar nuestras ventas y contar con un proceso estandarizado para reutilizar grandes cantidades de baterías de electromovilidad. Por lo mismo, estamos diseñando almacenadores de más potencia para abarcar mayor porción del mercado”.

Lo mencionado no es menor ya que es cada vez más frecuente el pedido desde diferentes actores del ecosistema de la electromovilidad por una regulación sobre segunda vida de baterías.

“Es de suma urgencia avanzar y crear una regulación que establezca responsabilidades, actores y tiempos de implementación para dar un tratamiento final a las baterías de vehículos de electromovilidad, ya que de momento la única solución es que vayan a disposición final (que sean enterradas bajo tierra) en un relleno de seguridad. Actualmente se están desechando baterías de micromovilidad que en unos años se van a unificar con las baterías de los vehículos eléctricos particulares y públicos”, comenta Camilo Arcos, gerente general de Enku.

Si bien la Ley REP contempla dentro de sus productos prioritarios a las baterías de litio y es considerada un buen avance, se solicita dar mayor velocidad a estas resoluciones.

Desde Enku entienden que hay tres puntos críticos que una normativa debe abordar.

En primer lugar, la gestión de residuos: el importador o vendedor se debe hacer responsable de la disposición final de sus baterías, incluyendo un tratamiento para alargar su vida útil, evitando o siendo la última opción la disposición final en un relleno de seguridad.

En segunda instancia, un incentivo para el uso de baterías de segunda vida: se requiere que las empresas que incorporen en sus proyectos baterías de segunda vida obtengan un incentivo para incrementar el mercado de la reutilización.

Por último, una certificación de baterías y procesos: se debe indicar que cada una de las baterías y procesos asociados a la reutilización deben tener una certificación por algún órgano competente para dar garantía, respaldo y seguridad al uso de una batería de segunda vida.

«Uno de los aspectos fundamentales a tener en consideración es la forma en que se transmiten estas normativas. Si bien se pueden definir diversos aspectos, la idea principal es que cada una de las empresas del rubro tenga el conocimiento y claridad de lo que se propone en las normativas. Así se podrá aplicar de buena manera lo que propone y contribuir con la economía circular”, cierra Camilo Arcos.