En el País Vasco existen más de 600 puntos de recarga instalados, teniendo un año récord en cuanto a la apertura de nuevas estaciones para cargar un coche eléctrico.

Además, gran cantidad de startups dedicadas a la movilidad han comenzado a operar en los últimos años, con la visión en la sostenibilidad y priorizando la electrificación del transporte.

Sobre esto y más conversa Fernando Zubillaga, gerente del Clúster de Movilidad y Logística de Euskadi con Portal Movilidad España.

¿Ven que el impulso del Euskadi es correcto hasta el momento o hace falta «pisar más el acelerador»?

Sin duda, el impulso en Euskadi está siendo importante y, todo apoyo adicional es bienvenido. En Euskadi, en octubre, ya se han vendido más automóviles híbridos y eléctricos que de gasolina. 

A nivel ciudadano, el mensaje parece haber calado. Es verdad que puede haber animado por la situación de precios de los combustibles fósiles.

¿Y el sector privado?

Es también importante la iniciativa público-privada, que actúa directamente y de forma transversal sobre la movilidad eléctrica concretada en diversas iniciativas. 

El Polo de Movilidad Sostenible Mubil, los Living Labs de Gipuzkoa, Bizkaia y Alava o el Bizkaia Connected Corridor son algunas de las actuaciones que benefician el trabajo a favor de la transición energética. 

A ellas se suman otras como el apoyo a la red de repostaje eléctrico, con Ibil (Repsol y Ente Vasco de la Energía) como uno de los operadores relevantes a nivel estatal.

¿Qué sucede en cuanto a la normativa?

Por otro lado, siempre ayuda el impulso normativo. En este momento, la implantación de Zonas de Bajas Emisiones en localidades de más de 50 mil habitantes es sin duda un revulsivo para la sostenibilidad ambiental y, de ese modo, para la electromovilidad.

También hay que recordar que hay nichos como la Distribución Urbana de Mercancías (DUM), donde aún hay margen porque la oferta de vehículos eléctricos no es suficiente para las necesidades de la actividad. 

Cabe destacar en este segmento el papel de los triciclos de carga, importante, pero un eslabón de la cadena DUM. En el Clúster, en colaboración con diferentes ciudades y regiones, estamos trabajando en la búsqueda de soluciones a esta actividad.

Muchas empresas han nacido dentro del País Vasco estos últimos años para aportar soluciones a la movilidad, ¿por qué creen que ha sucedido este fenómeno?

Euskadi es un territorio transfronterizo. Ser un núcleo de comunicaciones supone una atención especial a la movilidad. 

Hay que tener en cuenta que es un territorio en el que existe una larga tradición industrial y, concretamente, de fabricantes de vehículos. En el sector ferroviario, destaca CAF; en el ámbito de los vehículos de transporte colectivo por carretera, Irizar tiene una tradición de más de 125 años; incluso en el segmento de la bicicleta, despunta Orbea como uno de las marcas de referencia, también en productos eléctricos.

En materia energética, la tradición también está consolidada, con empresas como Iberdrola o Petronor-Repsol.

Y, sin duda, es vital la visión compartida de las administraciones: Gobierno Vasco, Diputaciones y Ayuntamientos.

¿Qué rol cumple el Clúster en este sentido?

Desde el Clúster, son ya más de 15 años impulsando las directrices europeas relativas a movilidad segura, eficiente, sostenible y limpia. 

Estas directrices se plasman en los ordenamientos de los niveles siguientes, estatales, regionales y locales. Se plasma en la estrategia RIS3. Y se plasma en el Plan Estratégico del Clúster, en el que la movilidad limpia y la eficiencia son vectores contemplados a lo largo de nuestra trayectoria. 

De hecho, desde un ángulo u otro, toda nuestra actividad se orienta hacia la sostenibilidad.

En materia de ayudas gubernamentales a usuarios para el impulso de la movilidad eléctrica, ¿cómo las observan desde el Clúster? 

En un contexto de promoción de la movilidad sostenible, las ayudas gubernamentales son un acicate para su introducción y necesarias para favorecer la transición. 

En el ámbito del vehículo privado, ha supuesto un apoyo importante. En el ámbito industrial, también es fundamental. No obstante, en este segmento es más complicado porque decíamos que aún no hay vehículos limpios para todas las necesidades, como por ejemplo, para la carga de grandes volúmenes y largas distancias. 

En este ámbito, sería interesante una hoja de ruta que identifique áreas por su tiempo de implantación. Y allí donde la transición no pueda ser inmediata, adoptar medidas progresivas y ayudas.

¿Cuáles son los puntos a repensar o mejorar dentro del país vasco para que la movilidad sostenible sea una realidad?

Más que puntos a mejorar, son puntos a tener en cuenta. La transición energética como pilar, entendiendo que la electromovilidad es movilidad sostenible, pero sin perder de vista otras opciones de transición, como pueden ser los biocombustibles. Y siempre desde el punto de vista de que en electromovilidad estamos pensando también en la pila de hidrógeno.

Otro punto referente es la forma en la que nos movemos, más allá del vehículo. Por un lado, los planes de movilidad al trabajo, obligatorios en Euskadi desde este mismo mes para empresas de más de 100 trabajadores. 

¿Qué otras formas ven posibles?

Los planes de movilidad urbana y las zonas de bajas emisiones. Ambos apoyan el cambio en la forma de movernos: compartir el vehículo, favorecer el uso del transporte público, impulsar el uso de la bicicleta o los trayectos andando. Estas medidas también favorecen la movilidad sostenible, más allá del propio vehículo.

Además de lo anterior, hay que continuar el trabajo en la distribución urbana de mercancías. 

Esta actividad hace que la ciudad funcione: el comercio, la hostelería, la empresa y, en los últimos años, juega un papel creciente por la incorporación del comercio electrónico que ha multiplicado el reparto llevando la mercancía hasta la puerta del consumidor.

¿Qué soluciones han promovido o presentado para que el transporte de largas distancias pueda ser cero emisiones? ¿Consideran una tecnología por sobre la otra en este caso?

En el transporte de larga distancia el abordaje de la sostenibilidad medioambiental contempla diferentes vertientes. Respecto a los vehículos, por el momento no ofrece alternativas suficientes para cubrir todas las necesidades de carga de larga distancia, aunque cada día se incorporan nuevas propuestas y proyectos entre las que destacan el vehículo eléctrico y el hidrógeno. 

No obstante, en ese sentido, hay que recordar que existen alternativas viables o de transición: los biocombustibles y los combustibles sintéticos cumplen ese propósito. 

De hecho, otro vector es el gas, aunque el contexto actual no es favorable. Y el Euro 6 también puede ser una solución inmediata aunque transitoria. Por ejemplo, el Gobierno Vasco ha presentado una ayuda Renove para camiones basados en ese combustible.

Este año se han aplicado varias normativas sobre infraestructura de recarga a nivel España y Europa, ¿ven al País Vasco pudiéndolas cumplir en el corto plazo? 

Más allá del cumplimiento de las normativas, que es deseable por todos los actores implicados, creo que hay que valorar lo que suponen como motor de cambio. 

Está claro que para que se cumpla la transición hacia el vehículo eléctrico o de hidrógeno, por ejemplo, es imprescindible una infraestructura de recarga. También es cierto que para su despliegue debe existir una demanda. 

Creo que lo más importante es el compromiso gubernamental internacional de transición hacia una movilidad cero emisiones.