Uno de los desafíos más importantes de las ciudades latinoamericanas a la hora de debatir sobre movilidad eléctrica recae en la infraestructura de carga. La enorme variedad de conectores, el espacio físico disponible, las distancias y, por supuesto, los costos de estas instalaciones, problemáticas que se intentan resolver en la actualidad.

Una empresa que ha puesto manos a la obra en el tema y ha sido ejemplo de innovación en energías renovables es Celsia. La firma colombiana no solo ha desarrollado su propio cargador de carga lenta, entre otros tantos proyectos, sino que también planea para fines de semestre incorporar cargas rápidas y ultra rápidas en las rutas más importantes del país.

“Estamos realizando pruebas para lanzar uno de los cargadores que desarrollamos en la ruta entre Cali y Bogotá, las rutas principales de Colombia. De aquí a fin de mes, deberíamos tener la ruta completa con cargadores, entre 100 y 150 km”, anuncia Michael Arroyave, ingeniero de producto de movilidad eléctrica en Celsia, durante el Especial sobre “infraestructura de carga para vehículos eléctricos” organizado por Portal Movilidad.

La idea es desarrollar la carga ultra rápida en espacios amplios y no en centros comerciales o estaciones de descanso en la carretera, como era el plan inicial, porque allí solo caben automóviles. Como el transporte pesado tiene un gran movimiento en su país, explica Arroyave, decidieron incluir a los camiones y buses en el proyecto.

“Queremos que estos vehículos tengan la posibilidad de moverse y recuperar en media hora 150 o 200 km, que es lo suficiente para llegar a otro punto de carga”, amplía el ingeniero y agrega: “Como habrá un consumo energético muy alto, debemos asegurarnos que la red eléctrica este muy bien desarrollada”.

Si bien los proyectos de Celsia avanzan firmes, no se trata de un trabajo sencillo. Teniendo en cuenta que se trata de un terreno poco explorado, aún resta mucho por decidir y organizar con los distintos actores involucrados.

En el caso de Colombia, las autoridades nacionales intentan acordar una homologación para resolver la multiplicidad de conectores de vehículos eléctricos. Para Arroyave, este es un punto clave en pos de pensar a futuro.

“No queremos empujar hacia uno u otro de los estándares, eso es responsabilidad del gobierno y de sus estudios. La idea debe ser planear a largo plazo, no estandarizar solo para los autos que tenemos hoy”, señala el representante de la compañía.

Otro punto que debe ser considerado en esta actividad es, para Arroyave, el mensaje que se le transmite a los dueños de los espacios donde se instalarán las estaciones. Los precios exorbitantes de estos sitios son innecesarios, teniendo en cuenta los beneficios que pueden obtener a futuro con el ir y venir de posibles consumidores. Comunicar de forma correcta este argumento podría reducir en gran medida los costos de la infraestructura.

“El arrendador tiene que tener en cuenta que se le va a generar un flujo de potenciales clientes que van a estar al menos media hora. Tiene que entender que cobrar un valor excesivo del parqueadero puede ir en detrimento del modelo de negocios”, remarcó el panelista.

Michael Arroyave fue uno de los tantos exponentes que participó del Especial sobre “infraestructura de carga para vehículos eléctricos” organizado por Portal Movilidad. Podés ver el debate completo, acá: