El mercado de la micromovilidad continúa creciendo y sus jugadores se presentan cada vez más desafíos. Ahora, las e-bikes urbanas buscan llegar a una mayor autonomía.

“Queremos hacer una bicicleta con más autonomía que estaría enfocada al cicloturismo dentro de las ciudades”, adelanta a Portal Movilidad España, Daniel Permuy, CMO de Capri Bikes.

Las bicicletas eléctricas de esta marca se caracterizan por ser “invisibles” y “vintage”. Conservan un estilo de finales de los 70 y su batería es casi imperceptible a los ojos.

Esta se encuentra dentro de una botella que simula ser de agua pero que almacena una batería de 36v 7,0 Ah y 40 Km de autonomía en sólo 1,16 Kg.

“Tenemos la intención de sacar un modelo nuevo, con más autonomía, porque hay una demanda por una e-bike con más de más alcance para cicloturismo de aventura. Es en lo que ahora mismo estamos trabajando”, explica Permuy.

Además, el CMO adelantó que este modelo tendrá modificaciones en su fisonomía. Sus cubiertas serán un “poco más gordas”, que las bicicletas urbanas que ofrece Capri.

Los estudios sobre las bicicletas eléctricas dicen que el trayecto medio de estas ronda los 10 km, si se calcula el trayecto del trabajo a casa. 

“Al final 40 km es una barbaridad. Nosotros veíamos que muchas veces pasa que los fabricantes de qué están haciendo bicicletas urbanas vienen del mundo deportivo o son para montaña. En ese segmento sí tiene sentido hacer autonomías grandes”, argumenta Permuy. 

En las especificaciones técnicas de las bicis de Capri, se menciona que se necesitan 2 horas para tener la batería completamente cargada.

La distancia mínima que se puede recorrer en modo de asistencia máxima es de unos 20 km, pero la máxima en modo de asistencia mínima es de unos 75 km. La vida útil de la batería es de unas 1500 cargas.

Expansión por el mundo

Por otro lado, Capri busca conquistar nuevos mercados, con un foco europeo en primer lugar.

“Queremos ir dando los pasos más lógicos y adecuados en función de la demanda y de lo que vamos observando”, comenta el CMO.

El plan de crecimiento marca que el fabricante está entrando en el mercado alemán y en el mercado francés. Otro que interesa, según comenta Permuy, es el de los países nórdicos, “pero hay mucho competidor”.

“Nos parece interesante y nos gustaría, lo que pasa es que es complicado, Latinoamérica”, comenta el directivo en Capri.

La complicación que existe en ese mercado es que la empresa vende directo al consumidor y no podrá ofrecer totalmente sus servicios de postventa.

“Si algún día somos suficientemente grandes como para dar el salto, lo tenemos claro. Desde los países latinos piden que enviemos nuestros productos, pero vamos a esperar a poder ofrecer nuestro full service”, explica Permuy.

Desde la empresa se muestran cautos, pero sí que tienen la intención de ser una marca global de aquí a 10 años.