El pasado jueves, la sede de Bosch en México realizó su balance anual con datos obtenidos del 2020 y adelantó los planes a futuro, que incluye el impulso de la electrificación y el hidrógeno verde.

El CEO de la empresa con base en el territorio mexicano, René Schlegel, aseguró en conferencia de prensa que este año se invertirá entre 90 y 100 millones de dólares, para la modernización de sus 12 líneas de producción y los dos centros de desarrollo enfocados a la industria 4.0. 

Entre las innovaciones destinadas a la movilidad sustentable, la firma tiene previsto mantener la diversificación de sus negocios impulsando tecnologías de electrificación y soluciones de movilidad, como optimización de rutas y seguridad vial. 

Además, de 2021 a 2024, invertirá mil millones de euros en la tecnología de las celdas de combustible a nivel global. 

Para continuar acompañando el desarrollo de la electromovilidad en el país, sin embargo, la empresa ve necesario el desarrollo de regulaciones y acuerdos y establecer un marco normativo. 

“Estamos trabajando con diferentes entidades para lograr una normalización de la electrificación en México”, indica Eduardo Watty Calvett, vicepresidente de Mobility Solutions. 

Y agrega: “Tenemos que tener los marcos establecidos para poder migrar como país hacia una electrificación. Es sumamente importante la colaboración con diferentes personalidades, tanto del Gobierno como de la industria”. 

El ser una compañía internacional le da la ventaja a Bosch de contar con cierta experiencia en el resto de las naciones e implementar lo aprendido en México. 

“Vamos a ver que con estas regulaciones y la implementación técnica que se está dando en otros países se va a lograr la transición. Es cuestión de tiempo para que las personas y el mercado acepten estas tecnologías y aumente la demanda”, señala Watty. 

Asimismo, las autoridades insistieron en que es necesario una colaboración conjunta por parte de todos los países de la región para impulsar la la movilidad eléctrica en el continente. 

“Es muy importante que se pongan de acuerdo para ver qué normas se aplican porque sino el consumidor tiene que pagar más por tantas variantes de productos”, destaca. 

Y al respecto, cierra: “Los reguladores tienen que ser neutrales a las tecnologías y poner metas para tener un mejor medio ambiente. Es la tarea de la industria ver qué se puede mejorar para lograr los objetivos”. 

En el caso de Bosch, el norte es lograr una reducción del 15% de las emisiones en toda la cadena de suministros antes de 2030.

En esta línea, ya ha dado ciertos avances. El año pasado alcanzó la neutralidad climática en sus 400 ubicaciones en todo el mundo, incluido México. 

En este último, de 2015 a 2020, se redujeron 305 mil toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale a las emisiones de 122 mil vehículos en solo un año.