Próximamente, vence el Decreto 236 que proporciona diez años de vigencia al piloto de taxis eléctricos de Bogotá.

En 2012, el alcalde de aquel entonces, Gustavo Petro, firmó el decreto 407, que autorizó la entrada en operación de las unidades. El 2 de septiembre de 2013 dio inicio el proyecto con la puesta en marcha de 51 vehículos, de la fabricante china BYD.

Los vehículos arribaron con unas condiciones que favorecían a sus compradores. Entre los beneficios más relevantes, destacaban la exención del pico y pala y el pago por el cupo. Además, el uso del coche se extendía por cinco años.

En 2013, se amplió la vigencia del piloto, pasando de cinco a 10 años.

Para muchos, es una buena oportunidad para retomar el debate de los cupos y analizar cómo se avanzará en adelante. Hoy, la ciudad colombiana tiene dos obstáculos en la descarbonización de sus flotas: la imposibilidad de realizar nuevas matriculaciones de vehículos eléctricos y la extensión de 15 años de vida útil que poseen los vehículos a combustión interna para el servicio de transporte público. 

La ampliación de la flota eléctrica solo es posible por reposición de otra unidad, dado que este tipo de vehículo solo cuenta con 50 cupos con la normativa actual. 

Por otro lado, se dificulta que los conductores se inclinen por un coche de estas características, que es más costoso, si su vehículo que data del 2007 es funcional y legal. 

Bogotá tiene 39 eléctricos circulando por las calles y cuenta con una flota total de 50 mil, que realiza más de medio millón de viajes al día. 

“Uno de los temas que queremos hablar con las autoridades es que los taxis tengan una vida útil más corta”, afirma Edgar Rodríguez, director de Repotaxi, en diálogo con Portal Movilidad. 

Y agrega: “La idea es que pierdan su tarjeta de operación y su capacidad transportadora aquellas personas que no puedan sostener el negocio en diez años. Ese cupo sería para la ciudad y un carro eléctrico”. 

El plan de Repotaxi, que se encarga de las reposiciones de las unidades, es demostrar al conductor que puede generar una fuente de ingreso sin tener inconvenientes para pagar el auto, a través de un período de gracia de siete u ocho meses. 

“Tanto vehículo viejo ha sido el problema más grande de los taxis, que no ha permitido que la gente migre hacia una renovación de equipos, especialmente, eléctricos”, advierte Rodriguez. 

El fin del Decreto 376 se condice con la asunción de Gustavo Petro, impulsor del piloto durante su paso como alcalde de Bogotá. 

Esto abre las expectativas de actores como Rodríguez, quien espera reunirse en los próximos meses con la alcaldía y las nuevas autoridades gubernamentales, para analizar los próximos pasos. 

Más cupos para taxis eléctricos, el pedido también por parte de la Secretaría de Movilidad

Este tema no es ajeno para la Secretaría de Movilidad, que también pone el foco en un servicio cero emisiones. 

El año pasado, en el ciclo de entrevistas “Personalidades” de Portal Movilidad, Juan Esteban Martinez Ruiz, subsecretario de políticas de movilidad de Bogotá, anunció múltiples proyectos en los que están avanzando desde el Gobierno distrital. 

El funcionario planteó la necesidad de modificar el modelo de negocio actual para quitarle el peso de la inversión a las empresas o dueños de las unidades.

“El Ministerio de Transporte nos tiene que ayudar para que el modelo sea más eficiente y agilizar esos procesos porque en la medida en que sea una persona el dueño de un taxi se necesita un importante capital para la inversión. Incluso estamos a la espera de que el Gobierno nacional nos apruebe 500 cupos más”, indicó.

Luego, cerró: “Queremos que a 2035 toda la flota de taxis sea eléctrica, pero esto es un sueño. Necesitamos que nos den herramientas fiscales y operacionales, beneficios y garantías para que de alguna manera se pueda potenciar la flota eléctrica”.