Desde el 22 de septiembre regresó el pico y placa a Bogotá con la inclusión de vehículos híbridos con previa inscripción a una plataforma de la Secretaría de Movilidad que le brinda un permiso de circulación. El mismo procedimiento es para los eléctricos.

De acuerdo a estadísticas presentadas por la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (ANDEMOS) allí se registraron en julio 110 híbridos, 123 en agosto y 179 en septiembre, alcanzando los 760. Solo en eléctrico lleva un acumulado de 234 en el 2020.

En cambio, en Medellín y su área metropolitana la reglamentación en la circulación fue suspendida desde el pasado 24 de marzo y el 26 de mayo regresó solo para taxis.

En ventas marcó 174 eléctricos en lo que va del año. En híbridos, 63 en julio, 76 en agosto y 83 en septiembre que da un total de 807 solo en esta tecnología.

En sumatoria, Colombia incorporó a las calles 3014 unidades en estos nueve meses y representa un incremento del 80% interanual.

Marco Pastrana, gerente división Motorysa, analiza para Portal Movilidad los beneficios de circulación para la tecnología eléctrica e híbrida y cómo estos se reflejan en las ventas.

“Hace dos meses incrementaron notablemente las ventas, esto se debe a que los bogotanos sabían que saldría esta medida que incluye a los híbridos en la exención de restricción de circulación. Hay marcas que tienen problemas de inventario porque no evaluaron el impacto de este decreto”, destaca.

Un punto conflictivo es el pico y placa solidario, esta medida que le permite usar el carro por los próximos seis meses sin restricción horaria a quien abone un monto de aproximadamente 700 dólares y lo recaudado se invertirá en el mejoramiento del sistema de transporte público masivo.

En este sentido, menciona: “La problemática hoy en día no es de dinero. En Colombia es muy normal que las personas tengan dos vehículos, es un problema para los parqueaderos”.

Por otra parte, hace una semana el Concejo de Bogotá trató el Plan de Reactivación Económica y aprobó el Artículo 26 que establece que los vehículos eléctricos, los vehículos híbridos eléctricos, los taxis nuevos eléctricos y aquellos que hayan sido matriculados con anterioridad, tendrán un descuento en el impuesto vehicular entre el 40% al 70%, durante los primeros cinco años luego de haber realizado la matricula.

Pastrana si bien celebra ésta normativa, indica: “El beneficio de circulación pesa más que el económico. Hubo una época en que las personas blindaban sus vehículos solo con el fin de no ser alcanzados por esta restricción”.

Asimismo, comenta que la legislación y el impulso por parte del Gobierno Nacional existe. Puntualmente, la Ley 1964 del 11 de julio de 2019 elimina aranceles, reduce el IVA, establece la exención del pico y placa para eléctricos, obliga a municipios, centro comerciales y nuevas construcciones inmobiliarias a establecer puntos de carga y pone fecha para el cambio de flotas públicas.

“Desde nuestro lado, nos tenemos que ocupar de ofrecer beneficios de financiamiento superiores a los planes tradicionales. Por ejemplo, la opción de financiar el 110%. Esa diferencia el cliente la puede utilizar para la instalación del cargador”, opina.

Los dos últimos años Colombia tuvo números superadores en cuanto a incorporación de vehículos eléctricos e híbridos. Desde el sector, ven con buenos ojos la posibilidad de superar el 1% de las ventas hacia 2025 con estas tecnologías. Adicional a las unidades de la transición de las flotas de transporte público de Bogotá, Medellín y Cali y de los vehículos de entidades gubernamentales.

Otra problemática y, si se quiere, incentivo no económico al cual refiere es la calidad del combustible: “Los vehículos híbridos trabajan con Euro IV, V o VI. En Colombia estamos en Euro II, por lo que con el tiempo puede poner en peligro el ingreso al país de estos automóviles. En el mediano plazo y en la medida en que esto suceda, se puede aprovechar para volcarse directamente al eléctrico”.

Por parte de Motorysa, se espera llegar al 70% de lo vendido en 2019. “Eso sería muy positivo. No obstante, faltarán unos años para recuperar. Estamos notando que no aprueban los créditos bancarios para la compra de las unidades. También afecta la devaluación del peso colombiano”, agrega Pastrana.