Ayer, en un evento en Puerto Madero, Ciudad de Buenos Aires, se presentó oficialmente la Cámara Latinoamericana de Litio, la cual plantea un nuevo modelo económico para la industria del mineral y sus productos derivados. 

En ese sentido, busca establecer una operatividad público-privada que establezca precios, conecte a los distintos actores de la cadena de valor e impulse una industrialización de la materia prima, considerando a estos como puntos claves para nuevas oportunidades. Y la fabricación de baterías de litio para vehículos eléctricos es una de ellas. 

“El rol, en principio, es generar un precio y establecer contratos para que la industria de las baterías pueda comprar ese litio que tanto busca y se desarrolle una cadena de valor”, asegura Pablo Rutigliano, presidente de la Cámara, en diálogo con Portal Movilidad durante el evento. 

Y agrega: “Hoy para comprar el litio se necesita un contrato digital para que cualquier fabricante de baterías pueda acceder, así como también a un precio de las garantías. La idea es que quienes están en el negocio del litio puedan traccionar con los fabricantes de baterías y de vehículos”. 

La Cámara se considera una organización “minera industrial”, dado que nace a partir de la minería, pero busca completar todo el ciclo productivo. 

“Planteamos un modelo distinto al existente en la minería, que es puramente extractivo y exportador. Lo que planteamos es industrializar los minerales, sobre todo con el tema de la electromovilidad y la fabricación de baterías”, comenta Favio Casarin, secretario de la Cámara. 

Uno de los objetivos es sumar la participación del Estado, que hoy en Argentina no forma parte del proceso, dado que en siete provincias del país no puede desarrollarse la extracción de los minerales. 

“Nosotros queremos integrar a esa gente. La idea no es que solo venga una empresa extranjera y exporte la materia prima”, recalca Casarin.

Sin embargo, para que esto se lleve adelante hace falta iniciativa política, la cual en la actualidad se concentra únicamente en el ingreso de divisas post exportación de los recursos. 

“El Estado debe tener una política en la minería, en la transición energética y en la electromovilidad que impulse todo esto. Acá hace falta capital para la acción y créditos para fabricantes, generando un derrame en un montón de industrias conexas”, advierte Casarin.

Luego, añade: “Lo que necesitamos es una decisión política de querer hacerlo, pero para esto hay que cambiar algunos paradigmas. Hay una cierta resistencia porque el Gobierno, dada la situación que tiene el país, está buscando divisas. Entonces exportamos para que entren dólares frescos”. 

“De la exportación de minerales, ¿cuánto se lleva realmente a la actividad industrial? Nosotros podemos exportar, pero también tenemos que apuntar a un desarrollo sostenible de las industrias”, cierra Casarin.