En el sistema integrado de transporte de Barcelona de l’ATM de Barcelona circulan 234 líneas interurbanas, con alrededor de 700 buses. El objetivo que se han puesto desde el Generalitat es poder renovar los vehículos para 2028, transformándolos a eléctricos, hidrógeno o biogás.

Entre 2019 y 2020, se realizó un análisis del estado de las redes y las infraestructuras para suministrar electricidad. Además, se revisaron las cocheras para su adaptación.

“Hicimos una radiografía que indicó que, en el autobús interurbano, la electrificación tiene dificultades; son líneas largas, en general. Esto nos obligaba a buscar alternativas a la electricidad”, explica Lluis Alegre, Director del Área de Movilidad en la Autoridad Metropolitana de Transportes (ATM). 

La ATM, conjuntamente con la Generalitat, plantea su renovación de aquí a seis años cuando venzan las concesiones de las operaciones.

Alegre afirma que en 2028 todas las flotas que entren a licitación sólo admitirán vehículos limpios. Allí ingresarán según la ATM: eléctricos, hidrógeno y biogás.

“Actualmente se están realizando pruebas piloto dónde de a poco se incorporan estos buses. Por ejemplo, estamos llevando un testeo en la línea Granollers-Mollet, que es de corto recorrido”, afirma el Director del Área de Movilidad.

Los autobuses que circulan por las líneas interurbanas de Barcelona pertenecen a aproximadamente 25 empresas, cada una tiene su cochera. “Significa que hay que llegar a acuerdos con estos operadores. Se ha empezado con los que tienen mayor flota”.

En cuanto a la compra de los buses, la hacen los mismos operadores. Luego el sobrecoste es devuelto por parte de la Generalitat mediante la explotación de estos. 

“Sabemos que en la operación hay un cierto ahorro, pero ahora mismo, en las pruebas piloto estamos pagando el sobrecoste respecto a un vehículo”, comenta Alegre.

A los operadores se les devuelve la inversión con los ingresos que recibe por operar. Si mientras el bus rueda no se cubre, entonces se paga el incremento de coste.

En el caso de las cocheras, la recuperación de la inversión es igual a los buses. También se observa en las pruebas piloto. 

“Nuestra gran pregunta es cuando el eléctrico va a tener un coste realmente parecido al vehículo de motor de explosión porque hace años se dice que iban a convenir”, acota el Director del Área de Movilidad de ATM.

En lo que corresponde a la carga de estos vehículos, Alegre afirma que se buscará hacerla en cocheras. “Pero, no podemos obviar que las cocheras de los operadores están cerca de algunas de sus líneas y lejos de las otras”. 

Por lo que admite que será difícil electrificar líneas como la de Barcelona a Pirineo, porque son 200 kilómetros con pendientes. Un eléctrico vehículo no podría realizar el recorrido. Por eso para esas líneas se ha pensado en hidrógeno o biogás. 

Un inconveniente que surge en los concursos es que las empresas pueden ganar uno en una línea que esté lejos de su cochera. 

“Habrá que ver cómo se solventa ese problema en cuanto a la carga y la distancias entre cocheras”, explica Alegre.

Las flotas a gas también quedarán por fuera en la próxima concesión. La idea de la ATM es pasarlas a biogás o biometano.  

“Se puede hacer, existen muchas fuentes de este material en Cataluña; lo que pasa es que la fuente está muy lejos de donde está el autobús. Seguramente se opte por inyectar desde las redes de gas convencional”, explica el Director.