En Costa Rica no solo ingresan cada vez más vehículos eléctricos (en diciembre se registró una cifra récord a nivel nacional y de la región latinoamericana, cuando el 10.6% de la totalidad de carros registrados fueron cero emisiones), sino que además alcanzó los 249 puntos de carga distribuidos en sus siete provincias.

Sin embargo, el país no está exento de problemas, pues muchas veces las electrolineras no cumplen con los requisitos necesarios.

“Solicitamos a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP) que realicen un seguimiento más estricto en cumplimiento de la calidad de sus puntos de carga”, comenta Silvia Rojas, presidenta de la Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (ASOMOVE), en diálogo con Portal Movilidad.

Lo cierto es que el país cuenta con un reglamento que establece lineamientos acerca de qué condiciones deben cumplir las estaciones. No obstante, hay ocasiones en las que la normativa “no se sigue a rajatabla”.

“Hay un mal seguimiento por parte de la ARESEP. Por ejemplo, indica cómo han de ser los puntos, que tienen que ubicarse en lugares seguros y estar disponibles las 24 horas del día. Pero algunos cargadores poseen una restricción horaria dependiendo del lugar donde se instalan”, lamenta Rojas.

Asimismo, desde ASOMOVE sostienen que las distribuidoras deberían ofrecer un mantenimiento de los centros y atención a los usuarios de forma más rápida.

“Nos gustaría que los conectores se arreglen de manera inmediata cuando fallan. También consideramos que cada distribuidora tiene que tener personal encargado de brindar soporte y responder a las consultas cuando el usuario lo necesite”, reconoce la presidenta de ASOMOVE.

Y aclara: “El uso de las electrolineras debería ser como cualquier servicio público que, cuando se reporta un problema, las personas llaman y hay personal disponible para solucionarlo rápidamente”.

Vale mencionar que esta no es la única dificultad a la que se enfrenta el sector de la movilidad eléctrica.

Actualmente, autoridades involucradas y usuarios de vehículos cero emisiones se enfrentan al aumento de tarifas para la recarga de los carros.

Sucede que la ARESEP planteó modificar el precio. La propuesta, que corresponde a la tasa por tiempo para los puntos de carga rápida de energía eléctrica, es de ₡155 por minuto.

“Con base en la información recopilada en los últimos dos años, inició el proceso de actualización de la tarifa que se cobra en los 52 centros que se encuentran funcionando”, explica Mario Mora, intendente de Energía de la ARESEP.

Propuesta tarifaria.

Sin embargo, desde la Compañía Nacional De Fuerza y Luz (CNFL) denuncian que el precio debe bajarse a ₡126 el minuto de uso.

Cabe resaltar que esta cifra representa una disminución cercana al 18% sobre la nueva tasa del ente. De acuerdo con Randall Zúñiga, coordinador gerencial de la Compañía, la propuesta surge tras análisis efectuados con datos de entre el 2020 y 2022.

Actualmente, en los ocho puntos de carga rápida de la CNFL, ubicados en la Gran Área Metropolitana, el precio es de ₡182 más impuestos, vigente desde agosto de 2019.

En el boletín publicado el 22 de febrero, autoridades de ASOMOVE enfatizan:

“Coadyuvamos la solicitud de la CNFL para rebajar la tasa. Consideramos justo que se cobre lo que realmente el usuario consume. La CNFL indica que en promedio las personas alimentan sus vehículos a 32.91 kW y no a 50kW ni a 60kW como se contemplaría para calcular la tarifa. Estos datos deben ser tenidos en cuenta en el estudio ya que se trata de información a partir de más de dos años de experiencia realizando el cobro”.

Lilliam Mora Vindas, del Departamento de Comunicación de la ARESEP, informa a Portal Movilidad que los ajustes se resolverán durante esta semana.