Las grandes ciudades españolas se están poniendo en serio con el tema de las emisiones y, mientras la movilidad eléctrica no crezca lo suficiente en las cuotas de mercado, la solución que han encontrado algunas localidades y autonomías es la de gravar, directa o indirectamente, el uso de los vehículos más contaminantes.

El nuevo impuesto que a partir del próximo 15 de septiembre van a tener que abonar los conductores catalanes es buena muestra de ello. Se trata, según su nombre oficial, del Impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de tracción mecánica y su puesta en marcha lleva gestándose todo este año.

Este impuesto es propio de la Generalitat de Catalunya y, por lo tanto, atañe a los vehículos matriculados y domiciliados fiscalmente en esta comunidad autónoma. Según 20 minutos, el pasado mes de mayo se iniciaron los trámites para conformar el padrón de vehículos que, por sus altas emisiones, deberán hacer frente al pago de esta tasa y el 1 de septiembre esta lista se hizo oficial.

Según la Agencia Tributaria de Cataluña, un total de 2,26 millones de vehículos estarán sujetos al pago de este tributo.

Estos más de 2 millones de vehículos son responsabilidad de, según los datos de la ATC, 1,6 millones de contribuyentes. Se calcula que la recaudación de este impuesto que corresponde el pasado año 2020 ascenderá hasta los 65.969.630 euros.

¿Cuánto habrá que pagar?
El cálculo de este impuesto se hace sobre los gramos de CO2 que emite el vehículo por cada kilómetro recorrido. Según las tablas de la ATC, los vehículos que emitan más de 95 gramos de dióxido de carbono deberán pagar:

• Más de 95 g/km y hasta 120 g/km: 0,70 euros por cara gramo emitido.
• Más de 120 g/km y hasta 140 g/km: 85 céntimos por cada gramo.
• Más de 140 g/km y hasta 160 g/km: un euro al gramo de CO2.
• Más de 160 g/km y hasta 200 g/km: a 1,20 euros por cada gramo emitido.
• Más de 200 g/km: a 1,40 euros el gramo de CO2.

El plazo para domiciliar el pago de esta tasa ya ha pasado y será a partir de 15 de septiembre cuando empiece a hacerse efectivo el cobro y cuando aquellos que hayan optado por pagarlo de manera manual puedan hacer frente al trámite. Desde esta fecha, se comienza a abonar el impuesto correspondiente al ejercicio 2020 y, el año que viene, será el de este año en curso, al igual que sucede con la declaración de la renta.