España, Europa y el mundo en general se ven inmersos en una acentuada crisis económica-financiera, climática, social y energética, lo que ocasiona la “tormenta perfecta”, pero ¿para qué?.

Según Francisco Guardeño, presidente de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible, esta situación permite pensar en una nueva oportunidad para que los vehículos eléctricos y los nuevos modelos para moverse prosperen.

No solo eso, sino que entiende que es momento para la eficiencia energética tenga su mayor auge.

Frente a esto, recuerda que “la Agencia Internacional de la Energía ya alertó hace dos años de la subida de los combustibles fósiles, y advirtió de que tendríamos que preparar alternativas”.

Es así que con la caída de la extracción de carburantes se tendría que compensar de aquí a 2025 con crecimientos del 10% en renovables, lo que es “un objetivo que es difícil alcanzar”.

Pese a esto, confía en que Fondos Next Generation son la herramienta clave para que esta transición tome fuerza, siempre y cuando este acompañado por acciones por parte de las administraciones locales.

Desde la Unión Europea han anunciado que se cuentan con 18.000 millones de para infraestructuras, lo que podría suponer el paso para que la electromovilidad se posicione como la respuesta más fiable frente a la latente crisis.

“En este contexto, no podemos implementar la sostenibilidad si no disponemos de los medios para hacerlo”, señala haciendo referencia a las demoras que se presentan a la hora de distribuir dichos fondos.

Asimismo, el despliegue de las redes de punto de recarga en España es otro de los focos que debe trabajarse para hacer posible la llegada masiva de esos coches eléctricos. 

Apuesta por el desarrollo de la infraestructura de recarga 

Una realidad es que para hacer efectiva la movilidad eléctrica  es necesario contar con al menos un punto de recarga cada 60 km y surtidores de hidrógeno cada 150 km. 

Según el representante de ANMS: “Esto daría lugar a un incremento de vehículos eléctricos de 3,5 millones para 2030. No habrá coche eléctrico sin infraestructuras adecuadas, un mercado competitivo y beneficios fiscales”. 

Siguiendo el hilo de las declaraciones dadas en el marco del encuentro “Movilidad Sostenible: retos y oportunidades”, celebrado esta semana en Vozpópuli, cabe recordar que España ha fijado una serie de metas en este plano.

El Ejecutivo nacional aspira a los 100.000 puntos de recarga en 2023 y los 300.000 al final de la presente década.

Mientras tanto, el sector calcula deberían colocarse al menos 340.000 enchufes de acceso público en 2030, instalando año tras años unos 36.000  para alcanzar las metas planteadas.

El problema de la distribución

Otro de los puntos a los que se enfrenta la red de carga pública en España es la distribución.

Por una parte, se ven regiones como Cataluña quien va a la cabeza del rankeo con  un total de 3.549 estaciones, seguido por la Comunidad Valenciana con 1.661 y Madrid, con 1.601.

Mientras que, por otra parte, se encuentran CCAA cómo La Rioja que apenas llega a contabilizar unos 69; Melilla con 9 y en el último puesto Ceuta con 6.

El crecimiento se ha dado de manera dispar, generando que en algunas regiones piensen en acceder a un coche eléctrico sea realmente un deseo complejo.

Frente a esto, la expectativa está en la próxima publicación del mapa actual de la red.

El mismo deberá dar un detalle del total de enchufes instalados a lo largo y a lo ancho del país, en las 17 comunidades autónomas. 

Esto responde a lo planteado por medio de la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, que afirma que el 20 de mayo el Ministerio de Transición Ecológica deberá hacer públicos dichos datos.

Esta es una tarea que ya se está comenzando a realizar y que brindará claridad en el trazado de la estrategia de recarga para vehículos eléctricos.